Cómo fundar tu propia cooperativa

Cómo fundar tu propia cooperativa

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Cómo fundar tu propia cooperativa

[caption id="attachment_6671" align="aligncenter" width="640"]Arraunlariak Remeros  Foto CC BY SA josu.orbe[/caption]

Como sabes, Laboral Kutxa es una cooperativa. Eso nos ofrece a los socios cooperativistas una serie de ventajas laborales, hace que la escala salarial sea muy diferente a la de otras entidades financieras y pone a nuestra disposición un sistema propio de previsión para la jubilación. Cada socio es dueño de una parte de la entidad y asumimos para bien y para mal las consecuencias de nuestra gestión. ¿Cómo no vamos a querer para el resto de trabajadores y trabajadoras las mismas condiciones que disfrutamos nosotros? Por eso en Gaztempresa, cuando te ayudamos a montar tu negocio en 5 pasos, te explicamos las ventajas de las cooperativas para que valores si esta fórmula jurídica se adapta a tus necesidades y compruebes que también a la hora de emprender hay otra forma. ¿Quieres saber si te conviene montar tu propia cooperativa?

El año pasado, a través de Gaztempresa, vimos nacer 211 organizaciones de las que el 7% eran cooperativas. Esperamos que nos perdone el resto, pero éstas son de las que estamos más orgullosas y orgullosos. Creemos que las cooperativas son el mejor ejemplo de economía social en donde el dinero está al servicio de las personas.

Decía José María Arizmendiarrieta, fundador de la Corporación MONDRAGON, que en economía sólo hay dos teorías: “en una manda el dinero y alquila personas para conseguir más dinero y en otra mandan las personas y alquila dinero en beneficio de las personas”. Las cooperativas son una opción muy real que debes sopesar si estás pensando en montar un negocio con al menos otra persona.

Ese fue precisamente el gran cambio que trajo la Ley 6/2008 de la Sociedad de Cooperativa Pequeña de Euskadi, la comunidad donde más desarrollada está la legislación en esta materia y que marca la pauta al resto: ya no son necesarios tres socios para fundar una cooperativa, con dos es suficiente (y no pueden ser más de diez). Este cambio que parece menor ha sido clave para permitir que muchos pequeños negocios opten por esta fórmula jurídica en vez de la comunidad de bienes o la sociedad limitada.

Ventajas de crear una cooperativa

Una de las ventajas de crear una cooperativa es que es posible capitalizar el 100% del paro siempre que se aporte como capital a la sociedad recién nacida, sin tener que justificar en qué se va a invertir. Esto hace que muchos asalariados cuando pierden su empleo y quieren montar un negocio  –especialmente los que se van a dedicar a profesiones que no requieren de grandes inversiones iniciales, como ingenieros o arquitectos– se decanten por esta fórmula que les permite emprender reduciendo su necesidad de financiación.

Las cooperativas pequeñas especialmente protegidas disfrutan también de una fiscalidad ventajosa. En vez de pagar el impuesto de sociedades al 24% como les correspondería, deben tributar al 18% (realmente es el 9% ya que tienen una bonificación del 50%). Los socios no tienen porqué cumplir convenios laborales (a fin de cuentas son propietarios, no asalariados) y pueden decidir en qué régimen quieren tributar: autónomos o seguridad social.

Obligaciones de las cooperativas

En una cooperativa no todas las personas que trabajan tienen por qué ser socias o socios, pero hay un límite a la contratación de profesionales asalariados por cuenta ajena. Los asalariados sólo podrán ser el doble de los cooperativistas. En el primer lustro se acepta la incorporación de cinco asalariados para aquellas cooperativas de menos de 5 personas socias. Así se garantiza que la empresa seguirá siendo una cooperativa real y que los socios iniciales no actuarán como meros propietarios que limiten la entrada de nuevos socios.

El 10% de los beneficios se debe destinar al Fondo de Educación y Promoción Cooperativa (FEPC). Este fondo se debe destinar a la formación de los socios -especialmente si es sobre cooperativismo-, la promoción del cooperativismo en la sociedad, la creación de nuevas cooperativas o el apoyo de iniciativas culturales y de defensa del euskara.

Además, es necesario guardar otro 20% de los beneficios en el fondo de reserva obligatorio que ofrezca un colchón para cuando lleguen las vacas flacas. Esto explica la mejor resistencia de estas organizaciones ante las crisis: pueden responder con más flexibilidad y soportar mejor los embates coyunturales: en tiempos de bonanza se protegen de situaciones futuras y cuando vienen mal dadas los trabajadores y trabajadoras están dispuestos a hacer sacrificios porque saben que cuando vuelvan los buenos tiempos serán ellos los que disfruten los beneficios.

Sentarse y hablar

Los expertos de Gaztempresa recomiendan que las normas que regirán la cooperativa se consensúen entre los socios para evitar futuros problemas. De ese acuerdo nacerá el Régimen Interno de la Cooperativa. A fin de cuentas, suya será la organización y suya la responsabilidad de que todo vaya bien. No basta con copiar y pegar estatutos estándar porque después supondrán un foco de problemas entre los socios. La clave está en prever todas las situaciones (desde cómo gestionar la abundancia hasta las situaciones más catastróficas), acordar qué se hará en cada caso y escribirlo con palabras normales. Ya harán los profesionales de Gaztempresa u otras entidades que fomentan el cooperativismo la “traducción” al lenguaje jurídico.

También aconsejan que la aportación económica inicial no sea testimonial. Este dinero no es necesario que se ingrese de una vez, sino que se que puede ir descontando de la nómina (bueno realmente del “anticipo laboral” porque como dueños que son los socios sólo tienen derecho a cobrar si hay beneficios). Con esta aportación inicial significativa se garantiza que las socias y socios están implicados y se comprometen con el proyecto: que no busquen sólo “comprar” un puesto de trabajo fijo, sino construir una organización en la que ser protagonistas.

Si ya eres socio de una empresa convencional nos encantaría que tras leer este texto te hayamos hecho replantear si tomaste la mejor decisión. Incluso que tengas un pequeño atisbo de arrepentimiento y te lamentes “ojalá hubiera sabido en su momento que tenía esta opción”. Nunca es tarde para dar el paso. Hay mecanismos legales para que las SL y las comunidades de bienes se puedan convertir en cooperativas.

Los 2.500 socias y socios de Laboral Kutxa y las más de 80.000 personas que cada día hacemos posible la Corporación MONDRAGON hemos demostrado que hay otra de generar riqueza ¿te animas a hacer lo mismo?

 

Imagen: Foto CC BY SA josu.orbe


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