«Tenemos que ser libres para arriesgar con disciplina e inspiración, si no, no merece»

«Tenemos que ser libres para arriesgar con disciplina e inspiración, si no, no merece»

16 min.

«Tenemos que ser libres para arriesgar con disciplina e inspiración, si no, no merece»

Eneko Sagardoy, actor. Foto de Nicolás de Assas.

Para nuestro quinto episodio del podcast de LABORAL Kutxa, hemos charlado con el actor Eneko Sagardoy (Durango, Bizkaia, 1994) sobre su oficio y trayectoria profesional. Le hemos visto en series como Goenkale y Hondar ahoak y en películas como Handia, por la que ganó un Goya.

Escucha y suscríbete a nuestro podcast en Apple Podcasts, Google Podcasts, Spotify o en tu plataforma de podcast favorita. En este post encontrarás una transcripción de este episodio, editado para su legibilidad.ENEKO SAGARDOY. Tú haces una película pero luego hay mil películas de lo que se monta cada gente y de lo que cada uno ve en esa película de él mismo o de ella misma. Eso es emocionante. A mí como público también me pasa. Me encanta entrar y salir y pensar “dónde he estado”. Incluso, no sé si te ha pasado también salir y de repente ver una cosa en tu vida que te preocupaba mucho, que no sabías cómo atacar y de repente, se dilucida o a lo mejor no, se ensombrece, y dices, no es que, claro… sí, eso es emocionante. Creo que estamos deseando ir a la ficción, ¡si lo hacemos hasta cuando dormimos!

IRATI JIMENEZ (LABORAL Kutxa). Su sueño, el de ser actor, empieza con 14 años en el teatro amateur, con el grupo Karrika de Durango. A los 18 ya estaba trabajando en la tele, interpretando a un joven de origen turco llamado Said en Goenkale, y desde entonces no ha dejado de trabajar compaginando películas como Amaren eskuak, El hijo del acordeonista, Hil Kanpaiak o la más reciente Mía y Moi; con grandes producciones teatrales como Obabakoak, Fedra o Maitasunaren Itxiera que acaba de estrenarse, pero también ha seguido haciendo televisión, recientemente le hemos Patria, de HBO, y en Hondar ahoak, el thriller revelación de la temporada en ETB. Una carrera impresionante que le llevó a ganar en 2018 el Goya como Mejor Actor Revelación por Handia y que le permite hacer lo que más le gusta en el mundo: actuar. Eneko Sagardoy, el gigante que no encajaba ni con el mundo ni con su hermano, nos recibe con té y pastas, en Bilbao, en un pequeño piso con vistas espectaculares, en el que nos contagia pasión por su oficio y nos confiesa que la culpa de todo la tiene su abuela.

ENEKO SAGARDOY. La que metió la pata fue mi abuela navarra, de Iruñea, la abuela Conchi, que me regaló un teatrito de marionetas, para hacer lo que me diera la gana y ahí hacíamos con mi hermano, yo le mandaba todo, era un mandado, y en la sala de casa, ahí hacíamos de una manera precaria, pero cobrando entrada. Ya con mucha conciencia de que la cultura se paga.

IRATI (LK). Como para que te digan ahora lo contrario.

ENEKO. Pues fíjate, no sé si han mejorado mucho las cosas. Igual tenía más disciplina de exigir dinero entonces que ahora mucha gente…

IRATI (LK). No solo cobraba a su familia por las funciones, hay pruebas documentales que demuestran que solía dirigir a sus primas, sus primos, y su hermano gemelo con mano de hierro.

ENEKO. De hecho hay un vídeo en el que también están mis primos, porque también venían los primos, como figurantes, venían a casa y ahí un vídeo en el que mi prima está detrás de la cortina y está haciendo de lobo y yo abro la cortina en el vídeo y le miro y le digo “de qué estás haciendo” y dice “de lobo” y le digo “pues ponte a cuatro patas”. [Risas] Hasta ese límite. Pobre prima, que ni se le veía. Yo era muy exigente.

IRATI (LK). O sea, tu primer personaje fue director exigente.

ENEKO. Vamos. Y no ha sido la última vez.

 

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IRATI (LK). Para los que no lo conocemos, el oficio actoral resulta fascinante. Más allá de los casos de actrices y actores que engordan o adelgazan llamativamente, lo cierto es que los grandes intérpretes son capaces de transformarse una y otra vez frente a la audiencia del teatro, de la pantalla o la sala de cine. Pueden parecer coléricos e intimidantes cuando se trata de personas tranquilas y pacientes, son capaces de llorar cuando se lo piden y podemos ver cómo sienten algo que sus personajes tratan de ocultar. Y eso, le preguntamos a Eneko Sagardoy, ¿cómo se hace?

ENEKO. No lo sé. Hay proyectos muy distintos. De naturalezas muy distintas. Tú te lees y un guión y de pronto dices “ah, vale, por aquí” y ya de repente hay una voz que empiezas a leer las líneas y dices “es por aquí” o una manera de andar o de repente una imagen o una película que ves y dices “esto que hace esta actriz o este actor me sirve para inspirarme muchísimo” y hay otros proyectos donde no encuentras la manera, incluso vas a rodar y partes el rodaje sin saber bien por dónde vas a tirar. A mí generalmente sí que tengo una manera de trabajar, de buscar cosas, soy muy meticuloso con el texto, me gusta analizarlo muchísimo porque creo que, a lo mejor esto es una idea que se ha ido perdiendo, pero creo que todo lo que está escrito es por algo, entonces en eso soy muy higiénico, pero al mismo tiempo soy muy higiénico con los guionistas y con los directores y digo “realmente esto es así, ¿no? Vale, pues debe ser así” y yo me voy a trabajar para decirlo tal cual y para buscarle las intenciones.

IRATI (LK). Los primeros pasos del proceso actoral no son tan distintos a los de cualquier otra tarea: hay que estudiar la materia, conocer el terreno, recabar información. Para eso, lo mejor es observar, observarlo todo y a todos, una tarea vampírica a la que Eneko Sagardoy se entrega con voracidad.

ENEKO. Bebo de absolutamente todo, soy buen comensal en ese sentido a la hora de cagar luego un personaje y eso me fascina y me encanta nutrirme de los trabajos de los demás, soy un copión. Luego evidentemente lo adecúas y lo autentificas y ese es un proceso que me gusta y luego que siempre me gusta a mí… soy de arriesgarme y me gusta hacer muchas cosas, desde la voz, desde la cadencia de la respiración, son cosas con las que me obsesiono y luego me olvido porque hay algo que tienes que soltar cuando empiezas a rodar que no puedes estar como leyendo de un manual antes de una secuencia, es un trabajo previo y luego ya directamente yo estoy en manos del director. Entonces, yo tengo un background muy grande sabiendo que luego al director igual no le sirve absolutamente de nada y que en el set me puede pedir otra cosa totalmente distinta. Entonces es ir con el camino bien recorrido, reconociendo muchos elementos que te van a servir, pero dispuesto a tener la generosidad y el poco ego suficiente como para si el director te dice, “no, no, no hagas absolutamente nada, no es por aquí”, muchas veces no ensayas ni siquiera, y te encuentras con esas sorpresas. Me encanta que me digan eso porque me dejan sin defensa y ahí muchas veces es donde sale la vulnerabilidad y empieza a trabajar un poco más tu subconsciente o la intuición, que está muy atada con el trabajo que has hecho realmente.

IRATI (LK). Nos lo han dicho todos nuestros invitados cuando hemos indagado en lo que les hace sobresalir en sus oficios: sin equipo, sin dirección, no hay proyecto. La excelencia es el resultado de la inteligencia colectiva. Ahí, en lo colectivo, están también algunas de las claves del misterioso proceso creativo que permite a los actores convocar dentro de sí a una persona que no existe, pero que tienen que sacar de ellos y hacerlo, claro, convincentemente.

ENEKO. No inventamos absolutamente nada. Lo que hacemos es buscar buenas combinaciones, creo. Esas combinaciones pueden ser más robadas a conciencia o más que tenemos ahí y que nacen, pero bueno, me encanta estar abierto a que nazcan de sitios muy distintos. Ahora el personaje que estoy trabajando para la próxima película por ejemplo, estoy comenzando a ver películas de la época, pero me estoy fijando en señores que son muy descarados en los bares. Que por ejemplo hablan con una forma verbal de “me pones un café” y no preguntan ni dan otra opción. Son cosas muy pequeñas a lo mejor y a lo mejor abstractas, que a mí me sirven, yo voy apuntando, y a lo mejor no de una manera tan consciente leyéndolas pero sí creo que voy construyendo un mundo donde aparentemente inconexas las ideas, imágenes, frases, creo que me sirven de colchón, sabiendo luego que lo que tengo que contar es algo que un señor, una señora ha escrito y que me tengo que ceñir, ¿no? Pero me gusta tener ese jardín propio que decía alguien, no me acuerdo quién

IRATI (LK). Cuando el proceso actoral funciona, los espectadores conectamos con la experiencia humana de los personajes y vivimos su historia de manera emocional, a pesar de saber que asistimos a un ejercicio de ilusionismo, a la escenificación de algo que se ha fingido para nosotros. Para que esa vertiginiosa operación artística funcione, los actores tienen que gestionar mucha vulnerabilidad al prestar todo su cuerpo a los personajes que interpretan ante nosotros. Eso implica, como decía nuestro invitado, asumir ciertos riesgos, y para ello hace falta, aunque seamos nosotros los que lo digamos, mucho coraje.

ENEKO. Claro, si has hecho ya diez películas, evidentemente, sabes dónde funcionas más, dónde menos, eso con el tiempo… con el peligro que eso conlleva, ¿no? De decir “mmm, no voy a arriesgar tanto que sé que aquí…” A mí me encanta arriesgarme, es verdad que hace años cuando empecé tenía menos miedo a meter la pata, ahora tengo más miedo a meter la pata, pero al mismo tiempo soy más autoexigente, cada vez y al mismo tiempo también convivo con la idea de que cuando trabajo ya no se me corta la vida. Antes me parecía que cuando estaba rodando o ensayando era lo más importante, no importaba nada más, y creo que estaba muy equivocado. A ver dentro de unos años, pero ahora mismo me gusta entender mi trabajo como una cosa, no secundaria pero no la esencial.

IRATI (LK). Parece que Eneko Sagardoy comparte la visión de la vida y del trabajo del novelista Stephen King, que asegura que la mesa del escritor nunca debe ocupar el centro de su despacho porque en el medio debe estar siempre la vida y la literatura debe rodearla. En eso está nuestra invitado, en medir su pasión para entregarse a ella sin perderse en ella.

ENEKO. Le doy mucha importancia pero llega un momento donde tu estabilidad emocional, tu valía como persona, tus ilusiones en la vida se centran tanto en el trabajo que muchas veces además no está en tus manos generar que a una dependencia muy grande, afortunadamente no me he encontrado en ese sitio, están saliendo las cosas y estoy trabajando, pero siempre está ese pequeño miedo. Entonces creo que toda esa mierda no te hace trabajar con libertad ni crear con libertad, te hace ir con miedo, tomar decisiones más ‘segurolas’, y creo que no ayuda nada. Es un tópico pero creo que tenemos que ser lo más libres posibles para arriesgar, con disciplina, con inspiración, pero para arriesgar, si no, creo que no merece.

IRATI (LK). Arriesgar con disciplina y con inspiración, le ha dado muchas alegrías. Quizá ninguna tan pública como la que experimentó al subir al escenario en la gala de los Goya hace tres años para recoger su Premio como Mejor Actor Revelación en la gran noche de Handia.

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 IRATI (LK). En el cine, en las artes… solemos asignar la palabra creador o creadora a quien escribe un guión o un texto, a quien dirige una obra, realiza una película o desarrolla la idea para una serie, pero todas las tareas artísticas, y no pocas tareas humanas, son tareas creativas. Los actores también son creadores.

ENEKO. Yo puedo ser actor y que un director no me deje hacer nada de lo que esté fuera de su control, tengo que valer para eso, pero tengo que valer también para ser creador y que en un momento me digan “bien, después de que acabes la secuencia, haz lo que quieras” y yo tengo que crear de algo. Entonces a mí me emociona pensar que sí soy creador. Yo mando mails, unos tostones de mails a los guionistas o directores, proponiendo, quitando, mandando información, “mira esto que he visto, tal”, sabiendo que la respuesta puede ser cualquiera. Una de las respuestas que recibí fue “gracias por todo el trabajo realizado, no estoy de acuerdo con nada de lo que me dices”. Y es genial porque evidentemente dices “joe, y ahora qué hago” pero hay otra vez es el ejercicio de decir, claro es que es su película, entonces, ya está. Creo que a veces nos falta un poco de humildad, se nos olvida, en nuestro caso, que no trabajamos tanto solo con nosotros mismos, que estamos ahí trabajando para otros.

IRATI (LK). Y este proceso creativo, nos preguntamos, ¿cambia mucho en función de si el resultado final es para una película, una obra de teatro o una serie, por ejemplo?

ENEKO. Totalmente. Para mí totalmente. Fíjate esto también hace unos años decía “no, es todo lo mismo, tener la cámara o no tener la cámara, en directo o no en directo”. Para mí son casi oficios distintos. En cuanto a la energía que me piden, en cuanto a lo que me ocupan en el espacio del calendario, en cuanto a lo que tengo que implicar mi cuerpo, la memorización del texto, la adrenalina, es muy distinto, muy distinto, de alguna manera, el teatro se puede asemejar a los ensayos del cine, a lo mejor. Pero ni siquiera, el teatro es otro mundo en el que estás con todo el cuerpo, todo el rato. Todo el rato, no hay planos cortos. Es conciencia absoluta de todo tu cuerpo todo el rato. En el cine no. Por muy estupendos que nos queramos poner y sí, yo estoy habitando todo el cuerpo, y sí, pero tú sabes perfectamente que si estás en un plano corto, evidentemente, puedes descargar la tensión o los nervios en los puños, porque a lo mejor te va a hacer distensionar la cara, hay trampa en la cámara, todo es trampa en el cine. En el teatro también hay otra trampa, pero hay algo más transparente y crudo. En el cine hay trampa y un mecanismo increíble de la mentira, que lo que a mí tanto me emociona, cuando luego veo el resultado y digo “fíjate qué bien hemos mentido”. Y creo que no es menos válido por eso, de ninguna manera, pero creo que a mí me gusta ser consciente porque me ahorro mucha energía y tenemos que ser económicos porque son a lo mejor jornadas muy largas y pasamos de un proyecto a otro rápidamente.

IRATI (LK). Y tanto que rápidamente. Su carrera, como decíamos, ha sido meteórica y le ha llevado a menudo a formar parte de varios proyectos de manera simultánea. Una forma de trabajar que le ha permitido participar en grandes proyectos, que requiere invertir mucha energía y aceptar algunos riesgos.

ENEKO. Me va dando miedo. Porque ahora por ejemplo en otoño tengo que actuar simultáneamente en una película y en una obra de teatro de gira y me da miedo cómo voy a llegar los fines de semana de voz, de cuerpo, y hay algo también de energía, de historia, de corporalidad, que por muy práctico que sea yo, y por muy racional que sea, y no me lleve en teoría los personajes a casa, que si tú te pasas toda una película con la barbilla, con el pecho descubierto, con una voz equis, hay algo de eso, que luego instintivamente, en la obra de teatro, si yo voy a actuar ese mismo día por la noche hay algo que te sale, porque es la base de lo que estás haciendo 12 horas al día, entonces no es por ponerme místico, sino por simplemente hay algo físico, por si tú simplemente haces un gesto queriendo todos los días pues evidentemente hay algo de eso que te va a salir de una manera inconsciente. Entonces al unir dos ficciones, por ejemplo, en teatro o cine y cine o teatro y teatro, hay algo que se pierde, pero es verdad que es muy difícil y casi un privilegio de hablar de estar solamente metido con los dos pies y el corazón en un solo proyecto en un mismo momento. Es una cosa que ahora he decidido hacer para mi próxima película y me he quitado los proyectos que habían salido para estos meses y me voy a centrar solo en la próxima película.

IRATI (LK). De su próximo proyecto solo podemos contar que su personaje llevará barba, montará a caballo y que le permitirá repetir con uno de los grandes directores con los que tanto ha aprendido como actor y quién sabe si en el futuro como director.

ENEKO. Creo que he tenido muy buena suerte de trabajar con directores estupendos, tanto en teatro como en cine, y muy distintos además entre ellos y ellas, entonces ahí algo de mucha inspiración y que creo que he recibido mucha información de cómo hacerlo pero al mismo tiempo tengo mucho respeto porque veo todo lo que conlleva eso. Entonces cuando sienta una pulsión grande y esté dispuesto también a parar por unos meses mi carrera como actor porque realmente sería pararla aunque sea solo por unos meses pues creo que me encantaría y que disfrutaría mucho y pondría en práctica muchas cosas de las que he aprendido durante estos años.

IRATI (LK). ¿Qué cosas? Pues cosas que no habría hecho nunca como montar a caballo, hacer esgrima o para uno de sus próximos papeles aprender a tocar la trompeta.

ENEKO. Son cosas que yo de por sí, en la vida evito o a lo mejor no me empujo a ello. Por ejemplo el caballo. Yo soy bastante miedoso, tengo miedo a muchas cosas y la hípica, ¿no? Y sin embargo para Soinujolearen semea ya lo tuve que aprender un poco y ahora ya es a saco. Me río mucho cuando me toca hacer estas cosas porque me digo, quién me diría a mí, que no me atrevía, que cuando jugaban a fútbol en la ikastola yo me agachaba y pasaba corriendo por si me daba el balón, y entonces creo que los miedos más grandes de mi vida los he superado trabajando como actor, es una de las grandes motivaciones para mi vida. Entonces cuando digo que no, que hay una motivación más importante en la vida que es la vida y las cosas de la vida, ¿no? Es verdad, pero por otro lado es verdad que por otro lado en la vida, en la ficción, en los personajes, en el cine, en mi trabajo, he encontrado el motor para superar cosas que la vida no me ha ayudado a superar, ha sido mediante el trabajo y esa ilusión. Por lo tanto, bueno, discerniendo siempre de qué es lo importante en la vida, pero sin negar que sí, que mi trabajo es una de las cosas más emocionantes y que más me ayudan a superarme y a descubrir cosas nuevas que de otra manera jamás habría descubierto. Por ejemplo, que no soy malo montando a caballo [Risas].

IRATI (LK). Eso es lo que recuerda de una función a la que acudió de niño, con su madre. Las risas del público, las suyas, las de su madre. Es posible que en aquel momento feliz decidiera quizá todo lo que ahora está viviendo.

ENEKO. No pensé de ninguna manera yo quiero hacer eso, yo quiero ser eso, pero sí que dije creo que haciendo esto me lo pasaría muy bien, y luego ha sido lo que ha pasado, que haciendo eso me lo pasaba muy bien y de alguna manera sigo haciéndolo porque sigo pasándomelo bien. No tanto porque quiero ser actor, sino porque es un espacio, la sala de ensayos, el rodaje, el set, donde me lo paso bien, y cuando eso no pase, pues tendré que cambiar algo pero mientras tanto no es tanto con miras a quiero ser actor, quiero hacer una película sino quiero pasármelo bien y la manera de pasármelo bien en mi vida es hacer películas o hacer teatro.

IRATI (LK). No seas escritor, aconsejaba William Faulkner a los jóvenes, sé escribiendo. Lo último que nos dice el invitado que esta tarde nos ha conquistado con la calidez de su carisma, es algo parecido: que más que ser actor quiere ser actuando. No nos cabe duda de que lo hará durante mucho tiempo y es que en persona no es tan alto como el gigante que no podía dormir porque escuchaba cómo le crecían los huesos, pero cuando nos insiste para que nos llevemos unas pastas después de habernos dejado rebuscar en las bambalinas de su oficio, nos vamos con la sensación de que hemos estado con alguien verdaderamente grande.


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