Trucos para ahorrar

Trucos para ahorrar

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Trucos para ahorrar

Trucos para ahorrarComo comentamos cuando explicamos las diferencias entre bancos, cajas de ahorro y cooperativas de crédito, las entidades financieras son un intermediario que se encarga de recibir dinero y prestarlo. Es decir, convertir los ahorros que pueden guardar unos en los préstamos que necesitan otros.  Esos créditos a su vez ayudan a poner en marcha negocios que dan empleo y generan riqueza. Pero ahorrar no es fácil; por eso queremos ofrecer algunas claves que creemos pueden resultarte útiles.

En Caja Laboral hemos preparado un vídeo en el que intentamos explicar de forma sencilla entre qué opciones de inversión pueden elegir nuestros clientes, según sus necesidades y prioridades. Pero, ¿de dónde sacar el dinero para invertir? Una de las claves es saber dónde están las “fugas de dinero” de cada uno.

Hay que tener en cuenta que los seres humanos somos emocionales y tenemos una falsa sensación de racionalidad cuando pensamos en algo tan supuestamente tangible y medible como el dinero. Por eso, para tomar las decisiones que a la postre nos permitirán vivir mejor, conviene conocer las jugarretas con las que puede engañarnos el cerebro.

Una de las trampas más habituales de la mente consiste en valorar el gasto y el ahorro en función del precio de las cosas. Aunque un ahorro de 100 euros es el mismo en un producto de 200 (50 % de ahorro) que en uno de 10 000 (1 % de ahorro), más gente recorrería la ciudad para ir a una tienda lejana si puede pagar la mitad que si el ahorro es de “solo” del 1 %. Esto es, consideramos el ahorro conseguido de forma relativa cuando realmente es un elemento absoluto. Tendemos a menospreciar una cantidad si va unida a una cifra mayor, cuando realmente con los 100 euros que nos ahorramos en los dos casos podemos comprar las mismas cosas. Parece una obviedad, pero es un comportamiento muy extendido.

La trampa del “por un poquito más”

Por un resorte mental parecido, a la hora de comprar algo tan caro como un coche es probable que sucumbamos a añadir varios extras por los que realmente no tenemos tanto interés. En los 12 000 euros de un coche ¿cómo no añadir 500 euros para unos asientos diferentes, unas llantas o un equipo de música mejor? No valoramos ese dinero extra como un gasto absoluto, sino relativo al total. 500 frente a 12 000 euros parece una “minucia” de sobrecoste.

Si realmente somos apasionados de los coches esos añadidos pueden ser una buena inversión, pero quizá prefiramos gastar esos 500 euros en otra cosa o ahorrar algo más para irnos de crucero o cambiar de ordenador.

Ahí está la argucia mental con la que podemos plantear nuestra defensa: imaginar qué nos podríamos comprar si no hiciéramos ese gasto. Si simplemente pensamos que “nos lo ahorramos”, la mente no lo interpreta como una ganancia. En cambio, si lo traducimos a otros gastos (presentes o futuros) que nos hagan más ilusión, conseguiremos alegrarnos de ese ahorro y entender realmente su significado: estamos apartando un dinero para algo que nos hará más felices. A fin de cuentas, ¿a cuántos conciertos y obras de teatro podríamos ir con los 5 000 euros que cuesta un modelo de coche superior? ¿Cuál de los dos gastos preferimos?

Psicología aplicada a las finanzas

A fin de cuentas se trata de procurarnos la máxima felicidad con nuestros ingresos. Cuando ahorramos estamos tomando una decisión difícil: aplazar el disfrute de unos recursos para aprovecharlos más adelante.  Lo explica  el  profesor Daniel Goldstein en una conferencia del TED sobre las finanzas conductuales, ese ámbito incipiente de estudio que mezcla la psicología con las decisiones económicas.

Cualquier decisión entre gastar y ahorrar es una batalla entre el “yo del presente” y el “yo del futuro”. Ahorrar es hacer más feliz a esa persona que seremos. Daniel Goldstein es psicólogo y ha desarrollado experimentos que demuestran cómo es el proceso de comprensión y toma de decisiones. Su objetivo es desarrollar herramientas que ayuden a las personas cuando tienen que elegir qué es lo que más les conviene para su caso particular. Por ejemplo, a la hora de optar entre diferentes planes de pensiones no muestra el dinero que el cliente recibirá cuando se jubile, sino fotografías de pisos que se podrá permitir. Curiosamente las personas entendemos mejor esas fotografías de pisos que simplemente una cifra.

Para explicar gráficamente qué significa ahorrar, Goldstein también ha desarrollado una herramienta informática en la que se muestran una cara joven junto a una cara de un anciano. Las dos representan a la misma persona en dos momentos de su vida. El usuario puede decidir cuánto invertir en su plan de pensiones. Si opta por no guardar nada, el yo del presente sonreirá de oreja a oreja y su yo del futuro tendrá la cara muy triste. Si pone una cifra muy elevada, se invierten las expresiones. La clave está en encontrar ese punto medio en el que guardemos lo suficiente para el futuro sin retraer demasiados recursos al presente.

En Caja Laboral también hemos desarrollado una serie de herramientas que pretenden ayudar en esta tarea. En este simulador de jubilación por ejemplo se puede jugar con las diferentes variables que inciden en la jubilación hasta obtener el perfil de ahorro ideal para cada persona.

Estas herramientas pretenden transmitir que guardamos con un fin: poder gastar en el futuro. Lo que compremos ahora es dinero que no podremos utilizar más adelante mientras que lo que podamos ahorrar ahora es dinero que nos estaremos regalando para dentro de unos años ¿Queremos hacernos ese regalo?


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