Cuestiones pendientes

Cuestiones pendientes

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Cuestiones pendientes

El mes de enero ha sido un ejemplo de manual de lo que implica una crisis compleja como la que vivimos. Comenzamos con un optimismo inusual en los mercados y hemos vuelto a la realidad, con correcciones bursátiles importantes y repuntes en la prima de riesgo. Esta dualidad es francamente complicada de entender porque, mirándolo bien, tampoco han cambiado demasiado los fundamentos desde finales de 2012. Sí es cierto que los riesgos políticos se han incrementado en España, pero seguimos pensando que el único acontecimiento relevante que ha conseguido mejorar el tono de los mercados los últimos meses, no ha sido otro que la determinación del BCE al explicar el programa de compra de deuda.

Siguiendo con nuestro anterior post, en el que discutimos la cuestión del crecimiento, continuamos analizando algunos elementos cuya evolución incidirá en el comportamiento del año en curso.  Nos centraremos en esta ocasión en tres cuestiones: la política monetaria, la inflación y la crisis de la Zona Euro.

En relación a la política monetaria nuestra expectativa es que continuará siendo laxa, si bien es cierto que en una situación como la actual, la materia requiera de cierta imaginación. En primer lugar porque los tipos están próximos a cero en los países desarrollados y a ello debe unirse la fragmentación financiera en la Zona Euro. Todo ello hará que los bancos centrales se esmeren en la aplicación de lo que ha venido a denominarse política monetaria no convencional. Además, en el corto plazo habrá cambios en las presidencias de los principales bancos centrales, algo que será observado con lupa por los mercados.

En relación a la inflación nuestras expectativas apuntan a una ausencia de tensiones a lo largo del 2013. Las razones que apoyan esta tesitura son dos: los principales países se encuentran produciendo por debajo de su valor potencial y no se esperan problemas en la oferta de materias primas. Pero en un entorno de política monetaria acomodaticia como el que se espera es pertienente preguntarse acerca de la inflación futura, máxime si además el endeudamiento de los gobiernos introduce un interés por la búsqueda de un entorno inflacionario que reduzca el valor de la deuda en términos reales. En este sentido hay que indicar que de momento las expectativas parecen ancladas, pero es esta una materia a la que habrá que prestar atención. En resumen, la política monetaria y la inflación no parecen suponer obstáculo a lo largo de 2013.

Y dejamos para finalizar la problemática europea. En esta área no somos tan optimistas. Es de reconocer que se han producido avances importantes, pero todavía quedan bastantes cuestiones pendientes. Al problema de elevada deuda de Italia y Grecia se le une el elevado déficit de España e Irlanda, y lo cierto es que ello parece difícil reconducir con éxito si no se dan pasos que logren credibilidad, lo que seguramente pasa por un cierto grado de mutualización de la deuda. Solo de esa manera veríamos la recuperación de los estímulos necesarios para crecer.

Este es un análisis del Departamento de Estudios de Caja Laboral. Una vez al mes contaremos con su punto de vista sobre diversos temas económicos de actualidad.


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