¿Conoces las funciones y responsabilidades del padrino y la madrina de un bautizo?

¿Conoces las funciones y responsabilidades del padrino y la madrina de un bautizo?

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¿Conoces las funciones y responsabilidades del padrino y la madrina de un bautizo?

¿Sabías que las figuras de padrino y madrina que designas para el bautizo de tu bebé no tienen ningún tipo de obligación legal? Se trata de nombramientos que sí arrastran una gran carga simbólica y religiosa pero que carecen de implicaciones a efectos jurídicos. Sin embargo, si quieres que el padrino y la madrina de tu peque se conviertan también en sus responsables legales para ocuparse de él en caso de fallecimiento puedes hacerlo de una forma muy sencilla. ¿Quieres saber cómo? Te lo explicamos.

Origen de la figura del padrino y la madrina

Las figuras del padrino y la madrina surgieron en el siglo II después de Cristo, como una forma de garantizar que el peque sería educado en la fe cristiana tras su bautismo. En un principio eran los propios progenitores quienes asumían este papel pero a partir del año 813 el Concilio de Múnich les prohibió ejercer como padrino o madrina de sus propios bebés.

En la actualidad es el Código de Derecho Canónico el que explica los términos de este apadrinamiento y las condiciones que deben reunir las personas que van a desempeñar este papel. Según el artículo 872, la función de un padrino es, junto con los padres, “presentar al niño que va a recibir el bautismo y procurar que después lleve una vida cristiana congruente con el bautismo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al mismo”.

Las condiciones que establece el código canónico para ejercer como padrino o madrina son también muy simples, entre otras, haber sido elegidos por los progenitores del bebé; ser mayores de 16 años, católicos y con una “vida congruente con la fe”, y no ser ni el padre ni la madre de la criatura.

Como ves, los padrinos y madrinas no tienen ninguna obligación legal y su función se reduce únicamente a una labor de acompañamiento y de guía al niño o la niña en su “vida cristiana”.

Cómo nombrar a un representante legal o tutor de un hijo o hija

Sin embargo, existe la posibilidad de dotar a estas figuras de una responsabilidad legal a través de su nombramiento como representantes legales o tutores de un hijo o hija con plenos efectos jurídicos. Tal y como explica el Consejo General del Notariado en su web, los progenitores pueden designar a la persona o personas que quieren que se ocupen de sus hijos menores en caso de fallecimiento. Para ello solo es necesario formalizar una escritura pública de nombramiento de tutor, o incorporar esta designación en el testamento.

Estos representantes legales tienen la obligación de cuidar y garantizar la educación de los menores tutelados hasta su mayoría de edad, y de administrar sus bienes, eso sí, bajo control judicial, tal y como establece el Código Civil.

Aunque la decisión última sobre la tutela de menores en este tipo de circunstancias la toma siempre un juez, éste suele tener en cuenta la voluntad que han manifestado los progenitores en vida. Por eso resulta imprescindible que las personas elegidas como representantes legales acepten expresamente esta responsabilidad porque el juez les preguntará si quieren asumirla.

Como ves, la designación de un tutor legal es algo muy importante para asegurar el bienestar de los hijos e hijas menores de edad en caso de fallecimiento de sus progenitores. Si tienes pensado formalizar este trámite, recuerda que los seguros de vida de LABORAL Kutxa incluyen la elaboración de un testamento personal o familiar para el asegurado y su cónyuge, y su firma ante notario. De esta forma podrás anticiparte a cualquier contingencia y, al mismo tiempo, contribuir a garantizar tu tranquilidad y la de tu familia.


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