«De lo que más orgulloso me siento es de que en Zarama siempre hayamos estado unidos»

«De lo que más orgulloso me siento es de que en Zarama siempre hayamos estado unidos»

16 min.

«De lo que más orgulloso me siento es de que en Zarama siempre hayamos estado unidos»

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Roberto Moso, cantante de Zarama y periodista Charlamos con el músico y periodista Roberto Moso (Santurtzi, 1960) que se convirtió en 1977 por decisión soberana de su cuadrilla en ‘frontman’ de Zarama, una formación de rock en euskera que irritó al rock y al euskera. Los rockeros sospechaban de una decisión en la que veían más oportunismo que convicción punk. Y a los menos abiertos de los euskaltzales les parecía que  cantar rock contaminaba la pureza del idioma. 

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ROBERTO MOSO. Yo lo siento mucho por los que se llaman Iñaki. (Risas)  Me suele pasar.  ‘Oye, ¿tú eres el de Iñaki?’  Menudo rollo.  Menudo coñazo.  Gracias, ¿eh? Menudo rollo, menudo coñazo…

IRATI JIMÉNEZ (LABORAL Kutxa). Eso no lo había pensado. 

ROBERTO. Pues ocurre, ocurre… no hay nadie de cierta generación que se llame Iñaki al que no le hayan ido con el cuento.

IRATI (LK). Estudió periodismo pensando que acabaría de profesor, pero montar un grupo de rock le abrió la puerta de radios locales y alguna revista musical. En 1983 llegó a Radio Euskadi, y en cuatro décadas de radio ha hecho de todo, desde informativos hasta programas culturales. Su paso por televisión fue breve pero productivo, ya que participó en el desarrollo de Vaya Semanita y Wazemank, los programas de humor de mayor éxito en la historia de ETB. También ha hecho literatura: es autor de un libro de microrrelatos, ‘Polvo’, y de ‘Flores en la basura’, una obra que recoge sus vivencias liderando una de las bandas que inició y vertebró el Rock Radical Vasco. La idea se les ocurrió en 1977. Cuatro amigos que, un día, en un bar de la Margen Izquierda, decidieron montar un grupo de rock en euskera. No sabían tocar, no sabían cantar, y no sabían mucho euskera, pero lo más importante ya lo tenían. A su cantante, Roberto Moso, se le ocurrió que se llamarán Zarama, Basura. 

ROBERTO. Nosotros buscamos en aquella época teníamos mucha vocación euskaldun pero muy poco euskera. Entonces buscamos en un diccionario, la competencia, otra caja de ahorros, el típico diccionario un poquito verde. Sobre todo bizkaiera y tal. Queríamos un nombre rotundo, fuerte, que tuviera connotaciones punkies. Y le pusimos Sarama, con ese, que venía así en el diccionario. Y una de las cosas que nos impulsó a hacerlo es que en Santurce se decía todavía “saramero”, el camión de la ‘sarama’...  una palabra euskerica que había quedado. Y entonces nos pareció que era una cosa bonita.  Para una que había. Que había quedado y tal. Ya se quedó. Luego también bauticé a Eskorbuto,  que fue un bautizo más feliz. 

IRATI (LK). Te iba a preguntar. Si la leyenda urbana era cierta,  que bautizaste a Eskorbuto.

ROBERTO.  Sí.

IRATI (LK). ¿Por el aspecto físico de ellos?

ROBERTO. En realidad fue  sobre todo por el sonido de la palabra. Y luego porque tiene fuerza

IRATI. Mucha. 

ROBERTO. Me acuerdo que hicimos muchas risas allí. Estábamos en el típico bar que nos juntábamos todos los gañanes de Santurce. Eskorbuto, tal, parece que es como que estás vomitando. Es-kor-bu-to. Jajaja. Pues oye, ese. 

ROBERTO. Me acuerdo que había un bar en Donosti dónde solo ponían música en euskera. Tenían ese prurito.  O ese criterio, si quieres. Y la gente que iba a este bar ya sabía qué música iba a sonar.  Yo creo que era el único bar que he conocido que tenía ese criterio. Nosotros fuimos tan contentos con nuestra primera maqueta que habíamos grabado, “oye,  ponnos esto y tal”. Lo puso minuto y medio,  y dijo sí... pero no,  pero no es esto lo que ponemos y tal. Nosotros aquí somos outsiders para todo el mundo.  IRATI (LK). Sí, porque luego estarían los otros los de rock en euskera…

ROBERTO.  Todavía recuerdo las primeras actuaciones que nos miraban con cara de... “¿pero este de qué planeta ha bajado?”. También había gente que estaba a favor, pero bueno mucha gente nos miraba con cara de esto será una broma pasajera, ¿no? (Risas)

IRATI (LK). Ya en castellano mucha gente le parecería que el rock era poco glamuroso, pues en euskera…

ROBERTO. Con ese estigma, ¿no? A mí provecta edad hoy es el día que todavía me preguntan cómo a alguien de la Margen Izquierda se le ocurre cantar en euskera? Que tiene un punto para mí siempre como de sospecha, ¿no? “¿No iríais de listillos?  ¿Como de que queríais buscar ahí un mercado que no sé qué tal?” Así que yo ya lo asumo con deportividad.  Y cada uno que piense lo que quiera.

IRATI (LK). No sabemos qué habría pasado si a mediados del siglo XX los afluyentes del country blanco y los torrentes negros del blues y del rythm & blues no hubieran confluido en el rock, un caudal de música del que nacieron el rock duro, el heavy metal y el punk, expresión musical de los movimientos contraculturales que en los años 70 revolucionaron la producción cultural con un grito tan sencilo como radical: “hazlo tú mismo”. Que fue exactamente lo que hicieron en la cuadrilla de Roberto Moso.

ROBERTO. Me acuerdo del día en el que  decidimos montar el grupo,  en una cervecería de Santurtzi,  y repartimos el trabajo,  tú tienes que aprender a tocar la guitarra,  tú tienes que aprender a tocar la batería,  tú tienes que aprender euskera. (Risas) El de la batería fue incapaz.  Y el guitarra y yo seguimos adelante. Y seguimos incorporando gente, otros miembros, así fue el tema. 

IRATI (LK). El tema es que la cosa salió bien. Aquella cuadrilla de la Margen Izquierda que decidió tocar en euskera acababa de constituir una de las bandas pioneras de lo que acabaría siendo el Rock Radical Vasco. A la importancia inaugural que tuvo Zarama en la eclosión cultural que estaba a punto de producirse, hay que añadir la que tuvo en la vida de su cantante, que había estudiado periodismo pensando que no ejercería y gracias a la música pasó de colaborar en la revista Muskaria a emisoras locales de radio que hacían programas musicales. Y de ahí, a Radio Euskadi. 

ROBERTO. No me puedo quejar la verdad. Además que nunca me podría haber esperado que algo como eso me abriera fuerzas más institucionales, pero los tiempos cambiaron,  y la gente que estaba al mando por ejemplo, al frente de Radio Euskadi pusieron a un tipo de 27 años al que le gustaba ir a conciertos de Zarama. Cosa que no era pensable un año antes. Yo creo que ni en ese mismo año. Yo me acuerdo que me llamó por teléfono porque estaba sondeando gente para un programa de música, yo por entonces ya estaba colaborando en la revista Muskaria, y cuando me llamó “oye, llamo de Radio Euskadi”, lo primero que pensé fue que me llamaba para hacerme una entrevista por Zarama, no para ofrecerme un puesto de trabajo y me ofreció, después de hablar con él y tal, hacer los sábados un programa de música y tal.

Y a mí al principio me parecía increíble que alguien se pudiera haber interesado en mi humilde persona, que yo tenía entonces en casa 35 discos, ¿sabes? Igual estoy diciendo muchos. Y claro me tuve que buscar la vida para aumentar el dispositivo, ¿no? Y efectivamente, vino del hilo de Zarama, sorprendemente.  

RATI (LK). Se buscó la vida, consiguió más discos y al año siguiente, cuando se presentó la oportunidad de opositar para conseguir plaza no lo dudó. Así, en 1984, la voz de Zarama se convirtió en una de las voces de Radio Euskadi. Eran tiempos duros, de crisis económica, graves problemas políticos, muchísimas tensiones laborales y mucha agitación social. En la radio, de día, Roberto Moso lo contaba. Y en Zarama, de noche lo cantaba.

ROBERTO. Cuando salieron las oposiciones, yo soy hijo de obrero de la Margen Izquierda no me puedo permitir el lujo de decir “ay no que luego igual me hacen hacer cosas que no son mi querida musiquita”. Yo ahí me tiré en plancha sabiendo que en un momento determinado me podían decir aquí, allá, informativos, noche, lo que fuera. Y hacer cosas que no son precisamente el placer de la radio que es lo que me ha ocurrido. He tenido de todo.  Sí que me he peleado mucho la página de que siempre hubiera un hueco para la radio placer. Afortunadamente casi siempre lo he conseguido.

Pero bueno me ha tocado de todo.  Y es más te diré que cosas que me tocaron que podían interpretarse como bastante marrón pues también fueron las cosas que en un momento dado yo más recuerdo.  Yo por ejemplo estuve cubriendo las grandes peleas de Euskalduna. Y dices ir a trabajar todos los días y que supusiera un peligro físico real porque así era, pues, agradable no era. Pero luego cuando pasan los años Pues esa fase de mi carrera fue más interesante y más digna de ser contada,  como ahora, que otras en las que estaba tacatacatacataca, “a ver que llega otro teletipo de la Agencia EFE”, “el IPC ha subido no sé qué...” Que son también cosas que hemos hecho, claro. 

IRATI (LK). Música y radio, radio y música. En la vida de Roberto Moso no son fáciles de separar: a la música le debe en gran medida su trabajo en la radio y la radio le debe mucho a su trabajo en la música. ‘Dena ongi dabil’, uno de los mejores sino el mejor disco de Zarama, expresa con sensibilidad la visión del país que le aportó trabajar como periodista de informativos. Música y radio, radio y música. Un binomio ganador que en su día también favoreció el nacimiento del Rock Radical Vasco.

ROBERTO. Es que se produjo una tormenta perfecta también. Jo. A veces lo pienso y digo jo para que se repita... el sistema estaba un poco El sistema entonces el que heredábamos,  todo lo que era Franco y tal... Estaba en un proceso de putrefacción por un lado,  y de cambio por otro. Entonces había huecos. La sociedad permitía unos huecos que ahora no sé si decir impensables pero difíciles de imaginar. Por ejemplo,  cuando se instituyó Radio Euskadi,  qué era ni más ni menos que la radio pública, es decir la que pagábamos todos, en un principio como no había herramientas para hacer una radio equiparable a lo que podía ser la Cadena SER o Radio Nacional, pues se optó por darle el ‘prime time’ a un programa de música, que lo hacía Pablo Cabeza, ¿no? Y ese programa que iba en las horas en las que se emitía Hora 25 y tal,  las horas las que más radio se escucha.

Pues empezó poniendo música muy anglosajona y muy generalista y tal,  pero claro por el empuje normal de que empezaban a surgir bandas Pues empezó a darle hueco a La Polla Records, a Eskorbuto, a Hertzainak, a nosotros… Además se fue enamorando de todo eso porque tenía su punto. Entonces nos encontramos con un país en el que la radio pública a la hora punta se estaba escuchando La música antisistema, de La Polla Records, de Eskorbuto, de tal... Claro, ¿eso se puede repetir? Es difícil. 

IRATI (LK). Los contextos sociales que favorecen fenómenos culturales de esta envergadura son aleaciones complejas de elementos no siempre fáciles de identificar. El activismo creativo del punk, el alto grado tanto de conflictividad social y de militancia política, el clima social que acompañó al fin de la dictadura… todo ayudó. Incluso los bares. 

ROBERTO. Y nosotros en nuestra época estábamos en los bares todos los días prácticamente. Yo mi recuerdo cuando acababa lo de periodismo, al bar. Y así era todos los días, ¿no? Y esos nichos son también donde sale la palabra ‘escorbuto’ y donde le cuentas a un amigo “mira qué chorrada se me ha ocurrido”, son los nichos de la creatividad, al final. Y en la medida en la que haya más nichos, más calle, más lugares donde pueda germinar ese tipo de plantas, pues más pueden surgir movimientos. Yo creo que no es tan importante que cada uno esté bebiendo de diferentes fuentes si luego hay algún sitio donde poderlas poner en común. IRATI (LK). Sea como fuere, el caso es que en la década de los 80 se alinearon las estrellas, se agrupó el talento, y la música antisistema y radical que alumbró el punk se encontró con un cuestión difícil de resolver: que triunfó.

ROBERTO. Ocurrió lo mismo que ha ocurrido con otros tantos movimientos en el Reino Unido, en Estados Unidos... Se pasa del amateurismo a la profesionalización,  y de la profesionalización viene que las relaciones entre los grupos ya no son tan buenas,  porque cada uno tiene sus intereses, y se pierde espontaneidad, y se pierde frescura, y el movimiento en sí se disuelve. Acaba siendo que cada uno hace la guerra por su lado.  Y el muy famoso es muy famoso y él no tan famoso pues se busca la vida. 

IRATI (LK). Los fuegos del Rock Radical Vasco que prendieron en los explosivos años 80 fueron apagándose progresivamente. Entre 1984 y 1994 Zarama publicó seis discos y un recopilatorio, con canciones tan míticas como ‘Iñaki ze urrun dago Kamerun’. A veces empezaban por las melodías, a veces por las letras. A veces la inspiración aparecía en sueños.

ROBERTO. Nosotros éramos de las dos direcciones. Así como Hertzainak me dijeron en alguna ocasión ellos eran más de letra y luego canción, nosotros éramos más bien de música y luego al hilo de lo que nos sugería la música intentábamos que encajara la letra. Pero nuestro gran éxito fue al revés. Porque me retumbaba la frase en la cabeza…

IRATI (LK). Como nos retumba ahora a todos los que hemos oído alguna vez. Hablamos de “Iñaki, ze urrun dago Camerun”, claro.  ROBERTO. Sí, pero me hace gracia Porque una vez le leí a Compay Segundo que había soñado la de ‘Chan Chan’. Un buen día la tenía soñada. Y a mí me pasó algo parecido. ‘Iñaki, ze urrun dago Camerún’… y antes de que existiera el resto de la canción, yo ya estaba con ese estribillo.

   

CINTA 10. Y con ese estribillo nos quedamos cuando Zarama puso fin a su trayectoria dejando tras de sí discos señeros de un movimiento cultural histórico y varias de sus canciones emblemáticas. En el 94 el adiós parecía definitivo, 15 años después resultó que no lo era. Zarama volvió en 2009 para una gira de la que salió un disco en directo, algunos temas nuevos y una gran experiencia personal.

IRATI (LK). Y luego, ¿cómo ha sido la vuelta? ¿Estos últimos años? 

ROBERTO. Esa fue fantástica.  IRATI (LK). ¿Sí? ¡Qué bien!

ROBERTO.  Es como… las cosas en esta vida que no te las esperas. Cuando se tiene sexo de mayor y esas cosas. Además, fue muy enfocada a cantar, y sabes, dejándonos de tonterías adyacentes, ¿no? Porque en la época en la que estábamos en activo había como mucho ruido, ¿no? Funcionaban chorradas muy masculinas, del tipo a ver quién mea más lejos, a ver quién hace la ‘gaupasa’ más ‘heavy’, y a ver quién tal, y a ver quién cuál, y tú eres auténtico y tú no eres auténtico, y no sé qué, y ese tipo de cosas al final repercuten en que lo haces peor, ¿no? Yo ahí salgo con mi botella de cerveza a cantar y blablabla. Y esta vez como no teníamos todo ese tipo de… que al final son pequeños obstáculos, pequeñas barricadas que te pones a ti mismo como un gilipollas.

Esta vez estábamos a lo que estábamos,  queríamos disfrutar de la música,  queríamos disfrutar de las canciones, y saber de forma nítida y clara, y lo más inteligente posible cómo se vive un concierto de rock de verdad. Entonces aunque éramos ya más mayorcitos y todo,  yo las disfruté como nunca. Casi tan buenas como las de la primera época primera, Que como todo en esta vida lo seminal es lo que más se disfruta, el primer amor.

La primera vez que juegas un partido de fútbol en serio, Las primeras veces suelen ser algo que se recuerda siempre, ¿no? Y esta vez lo recordamos como si fuera otra primera vez. Tengo muy buen recuerdo de esa vuelta mucho. El día que conseguimos volver a tocar todas las canciones, o sea, todas las canciones que queríamos meter en el repertorio, el día en el que nos dimos cuenta de “uy, lo hemos vuelto a hacer, está, está el repertorio completo”, nos dimos un abrazo. Todos juntos ahí. Fue un subidón de la ostia, de la ostia. 

IRATI (LK). A nuestro invitado se le ilumina la cara cuando habla de su banda, sobre todo, cuando le preguntamos cómo han conseguido quizá lo más difícil para una banda de rock, y lo más valioso. Seguir unidos como grupo, mantenerse en la frágil y poderosa fraternidad del rock. Porque no es fácil mantener unida a una banda a lo largo de los años. Y ya no te digo de las décadas. 

ROBERTO. Mira, ya que lo dices te diré que de lo que más orgulloso me siento es de eso. Zarama fue un grupo en el que tuvimos muy en cuenta todo eso. Si tú te das cuenta todas las canciones estaban firmadas por todos porque realmente las hacíamos todos. Y muchas veces pasan en los grupos “no no no es que se me ha ocurrido a mí” y luego este me ha hecho los arreglos y tal. ya, ¿Y el batería que? “El batería es un puto mierda que hace bum bum bum”.

Al final casi es lo que estás diciendo. Pues no, el batería no es un mierda que hace bum bum. El batería es parte de la canción, yo creo sinceramente. Y Zarama en ese sentido fue un grupo que estuvo unido y que sigue unido hoy en día porque tuvo en cuenta este factor qué es un factor que no se suele tener en cuenta. No me gusta chulear de nada. Pero de eso estoy orgulloso. 

IRATI (LK). Qué nos vas a contar. Si también nos pasa. LABORAL Kutxa tiene muchas cosas buenas, pero las hacemos entre todas y todos, y eso es lo mejor que tiene. Por eso nos emocionamos escuchando al de Zarama hablar de su grupo. 

ROBERTO. Como tú comprenderás yo también tuve tentaciones de que alguien te diga “oye, Roberto vamos a ver seamos sinceros”.  Esto ocurrió, ¿eh? “Entre que estás en la radio y tienes cierto carisma y tal no eres un gran cantante, Pero tú podrías estar en el conjunto que yo te estoy proponiendo muy bien no” Digamos que eres una buena inversión. Pero si cambiáramos a ese guitarra y cambiáramos a ese bajista y al batería Le enseñáramos un poco mejor y tal.  Los grupos en realidad se forman así, ¿eh?  no son cuadrillas como vosotros. Es ir cogiendo lo mejor de aquí y lo mejor de allá y pillaríamos mucho más tal”. Y claro esas tentaciones te las piensas por qué que te digan que vas a pillar más Y qué vas a ser Bruce Springsteen o algo así... A la vasca, pues siempre dices “ummm, ¿por qué no darle una vuelta a esto?” Pero luego les miraba los gañanes estos y decía “ah, por favor o sea, a mí que no me quiten esto”.

IRATI (LK). ¿Y sus hijas? Porque Roberto Moso tiene dos hijas. ¿Qué tal llevan tener como padre a uno de los protagonistas del Rock Radical Vasco? 

ROBERTO. Tuvieron una fase de vergüenza. Porque además coincidió la infancia con la vuelta, ¿no sabes? Entonces era como… eh, qué horror. 

IRATI (LK). Los pudores...

ROBERTO. Pero yo creo que la superaron y las dos están ahora como bastante orgullosas. Sobre todo la pequeña, que ha salido más gaztetxera y todo eso. Es bastante amplia. Pero sí le gusta en un momento dado ir a conciertos, al gaztetxe y tal. A los que queden y tal. Rotten, Tol Sarmiento, le gusta. Dentro de sus amplitudes le gusta mucho esa vertiente también. 

IRATI (LK). O sea que han pasado esa fase del pudor y no les importa. 

ROBERTO. Sí, ya la ven. Joe, de repente, que en Go!azen cogen la de Iñaki y dicen “mira, mira”. 

IRATI (LK). Tiene que ser bonito eso. 

ROBERTO. Sí, la parte. Luego otras veces vas en el coche y “pon alguna de tu esto”. Y puse la de Euritan. Que es un poco vergonzante alguna frase. Y “eh, ¿qué has cantado ahí?”, “nada, nada”. 

IRATI (LK). Es algo que no piensas cuando haces las canciones que algún día tus hijos las escucharán en Spotify. 

ROBERTO. No piensas ni que vas a tener hijos. 

IRATI (LK).  Montar un grupo con tus amigos y tocar juntos toda la vida. No es fácil madurar y  mantener al mismo tiempo la promesa adolescente que hace el rock a sus creyentes, pero el rayo musical que partió por la mitad el siglo XX funda en ella su ministerio y gran parte de su misterio. Cuando termina nuestra conversación y nos despedimos de nuestro invitado, nos preguntamos si es eso lo que han conseguido Roberto Moso y los chicos de Zarama. Y si no sería ese triunfo feliz lo mejor que se podría contar en el futuro, cuando se seque el río del todo, y caiga la iglesia del rock.


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