«No quiero tener que elegir entre Kai Nakai y Anari»

«No quiero tener que elegir entre Kai Nakai y Anari»

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«No quiero tener que elegir entre Kai Nakai y Anari»

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Ines Osinaga (Arrasate, 1982) es cantante, intérprete y compositora. Tras una larga etapa como miembro del grupo Gose ahora ha emprendido su carrera en solitario.

 

Durante mucho tiempo, estuvo en un único grupo, Gose. Un grupo insólito, memorable, que aportó al rock vasco un estilo propio de gran personalidad que mezclaba folk y música electrónica. Inés, con trikitixa y botas blancas, tenía una presencia escénica inolvidable y muy poderosa, en el sentido más interesante. La época de Gose ya pasó, y ahora realiza proyectos y colaboraciones muy variadas para satisfacer su apetito por la música. El último, su primer disco como solista. O discos, mejor dicho. Itsasoa da bide bakarra (El mar es el único camino) son tres discos y mucho más, una residencia artística en Cuba, dos conciertos internacionales en septiembre de 2023, uno en Euskal Herria y otro en La Habana; y una hermosa aventura musical que ha reunido estilos, voces, tradiciones y mujeres de ambas orillas del Atlántico y que ha llevado a su país de origen textos escritos por el escritor Joseba Sarrionandia en el exilio, en Cuba, para que tengan una patria en el exilio, una patria vascoamericana. Nos recibe en su taller de Arrasate con pasión, alegría y deseo de hablarnos de pasión por el mar, la música, la creación y la poligamia, Inés Osinaga, música, trikitilari, cantante, creadora, y emprendedora.

 

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INÉS OSINAGA. Me siento a la vez sola, más que nunca, pero también más acompañada que nunca. Estoy haciendo muy pocas cosas yo sola. Y eso está guay. Además estoy haciendo otra cosa que es disfrutar de esta fase de ahora de poligamia artística. Muchísimo, muchísimo, muchísimo, sí. Hace poco nuestro hijo mayor me preguntó, "mamá, ¿tú eres música?", y yo le dije: "Sí", y él me respondió: "¿Estás segura? ¿Quieres decir que ese es tu trabajo? ". Y, "sí, claro, ¿por qué?" "Es que no parece, parece que eres oficinista". Y tiene razón. Soy música. Promotora cultural diría yo. Creadora. Me gusta inventar cosas. Y contar cosas. Y gestionar lo que necesito para llevar adelante lo que tengo que contar, ya sean personas, ya sea equipo, ya sea dinero, ya sea agenda, lo que sea, cómo hacerlo. Mi trabajo es llevar adelante esas ideas que se me ocurren. Me encanta poner las cosas en marcha. Mantenerlo después no es mi fuerte. Mi madre dice que soy como un cohete.

 

IRATI JIMENEZ (LABORAL Kutxa). Esa adrenalina inicial...

 

INÉS.  Esa adrenalina inicial o el hecho de poner en marcha esas ideas locas. Eso me gusta mucho. Y sí, en mi sueño romántico eso no existía. Luego es verdad que tuve que deconstruir mis sueños y menos mal. En serio, ¡menos mal! Luego descubrí que hay muchas maneras de ser música.

 

IRATI (LK). Inés Gosinaga nació en Mondragón en 1982, estudió Bioquímica y ha sido profesora durante mucho tiempo. Pero la música ha sido una pasión que le acompaña desde su adolescencia, que primero le llevó a formar parte de los grupos Ekon y Bad F-Line y a ser miembro y cantante de Gose entre 2005 y 2014. Hace aproximadamente un año dejó de dar clases y ahora va todas las mañanas a su oficina a hacer música. No es la vida del rockero que vive en la carretera con su grupo. Tampoco hace falta. Aquella adolescente amante de la música ha tenido que deconstruir la vida que imaginaba para tener una vida que ama.

 

INÉS. También había una forma de ser músico con los referentes que veía esa Inés de mis quince años. Primero tenías que ser hombre, y tenías que tocar la guitarra. Siendo de Mondragón te tenía que interesar el rock radical, "policía no, policía no", y esas cosas y ya ese fue el primer crack. Que yo también lo decía eh, bueno, pero...

 

IRATI (LK). Tú no hiciste eso.

 

INÉS. Yo no fui por ahí, no. Y además tocaba la trikitrixa. Empecé en la escuela de música, luego descubrí la trikitrixa, que también fue para mí una forma de escapar de esa música académica y formal. Mira, estudiábamos trikitrixa sin partitura o cara a cara o de oído, y eso para mí eso fue muy liberador. Pero a mí no me gustaba Laja y Landakanda o Tapia y Leturia. Los referentes que tenía no me servían como trikitilari. Y sin ser trikitilari, tampoco me servían los referentes que tenía como música. Entonces pensaba que tenía alguna tara en algún aspecto. Luego me di cuenta de que no, que quizá era el sistema el que tenía una tara, o que quizá los referentes que tenía no me servían. Por eso me parece que los referentes son muy importantes. Que sean diferentes y variados. No quiero tener que elegir entre Kai Nakai y Anari, los quiero todos. ¿Ibil Bedi o J Martina? Los dos por favor, los dos, y sí, yo soñaba, no sé si soñaba, pero siempre me ha gustado hacer música, cantar, pero ahora mi trabajo no es tanto cantar, sino crear. Hoy en día me definiría como promotora, aquí y ahora, ¿eh? Quizá dentro de un tiempo cambie.

 

IRATI (LK). Todo cambia.

 

INES. Exacto, todo cambia.

 

IRATI (LK). "Dena deitzen da" (Todo cambia), se llama precisamente una de las canciones de su primer trabajo en solitario, y si todo cambia, se pregunta en ella, "por qué no voy a cambiar yo también". Dejar el equipo, dejar el trabajo de profesora, ser madre. Todo eso ha hecho ella en los últimos años. Por qué no. Para ser lo que somos nos vemos obligados a cambiar, más de una vez, y para eso importan los que ella menciona muchas veces, los referentes.

 

INÉS. Tengo dos referentes que me produjeron esa especie de crack. El primero fue Sorkun actuando con Kashbad en el gaztetxe de Mondragón, y recuerdo haberla visto y haber dicho, ostia, esto es posible. Hasta entonces todos los grupos que veía en el gaztetxe de Mondragón me gustaban porque me tenían que gustar o no sé bien por qué o porque yo fingía formar parte de aquel rebaño, pero cuando vi a Sorkun en el gaztetxe de Mondragón sentí algo...

 

IRATI (LK). Algo muy tuyo, ¿verdad?

 

INÉS. Sí, algo que me removía por dentro. Y fue una especie de wow. Mira, entonces sí quiero ser música. Porque si esto es ser música, esto sí lo quiero. O no sé si fue cuando vi por primera vez a Shirley Manson, la cantante de Garbage, ser una mujer cantante pero no actuar como el resto de mujeres cantantes que había visto hasta entonces, dije, ostia, pues igual sí, ¿no?

 

 

IRATI (LK). Hace 20 años el rock vasco era casi exclusivamente masculino y cuando en 2005 Gose apareció en primera línea nuestra invitada se convirtió, por utilizar la palabra que ha utilizado ella, en un referente ineludible. Una mujer cantando, en un grupo de hombres, haciendo música rock electrónica, en euskera, y con trikitixa, tanto el folclore como la música electrónica las rechazaba totalmente en el panorama hiper masculino del rock vasco. Hemos preguntado a la mujer increíble de hoy si echa de menos a aquella referente, a aquella mujer increíble que hasta 2014 había lanzado 7 discos, dado cientos de conciertos y recorrido miles de kilómetros.

 

INÉS. Con aquella Inés de Gose he pasado todas las fases del duelo. He estado enfadada, la he echado de menos, he sentido celos, he estado triste, todo eso, y ahora acepto con cariño ese pasado. Porque así soy, y así he sido. Y por otra parte miro un poco a esa Inés con un punto de compasión, y pienso: "Joder, chiquilla, fue una pasada". ¿Qué he echado de menos esas botas blancas, esas botas lo que sentía cuando llevaba esas botas blancas, o he echado de menos los grandes escenarios, o esa espectacularidad, o ese turbio ritmo tormentoso de la vida del rock and roll, incluso, y ahora miro hacia atrás y no quiero eso, eh? Pero te confieso que hay momentos en los que también miro el pasado con nostalgia.

 

IRATI (LK). Ahora que hemos empezado con las confesiones, tengo que reconocer que quienes admirábamos mucho a Inés Osinaga, de Gose, nos alegramos cuando oímos que Inés Osinaga, que ya no es de Gose, comparte con nosotros ese sentimiento.

 

INÉS.Sí, y es algo que admiro muchísimo. Después de muchas horas de terapia, he conseguido aceptarme. Pero también me he sentido que la traiciono o que ella me traiciona a mí. Porque ella era yo, pero yo no era solo eso, o no era todo eso todo el rato. Aquella Inés performaba algunas cosas que luego la otra Inés no era capaz de defender en su vida íntima y no siempre era aquella Inés, menos mal, de lo contrario habría sido una petarda insoportable. Me pasa conocer gente y la gente me decía "joder, eres una tipa maja", ¡jo, pues cómo creías que era! Pero cuando miro hacia atrás del mismo modo, ahora veo otra imagen. Realmente, recuerdo la escena cultural en el País Vasco hace 20 años como mucho, mucho más salvaje. Yo, por no decir casi siempre en la mayoría de los conciertos, era la única mujer. Siempre. Pertenezco a la misma generación que Miren Narbaiza y nunca hemos tocado juntos. Nos ha tocado a muchas, como dicen los bertsolaris, ser la mujer músico del concierto, llenar ese cupo, tener ese punto exótico, ser a la vez el foco de todas las violencias del camerino, no sé, de actitudes supermachistas...

 

IRATI (LK). Objeto, testigo…

 

INÉS. Todo. Exacto. Ser objeto, testigo... Todo, ¿no? Sin tener la perspectiva feminista que tengo ahora, sin tener esta autoridad que me otorga esta señora que soy ahora...

 

IRATI (LK). Con menos herramientas…

 

INÉS. Con menos herramientas. Y ahora miro atrás y digo, joder, musicalmente también, hace 20 años hubo un momento en el que la música electrónica era "esta no es nuestra escena", "esta no nuestra música", todo eso anti, con una trikitrixa, con unas letras que de vez en cuando me performaba como sujeto erótico, no como objeto deseable, sino como sujeto que desea, y eso es lo que revuelve todo. Y en ese momento no me daba cuenta de, con lo que cantaba, lo que eso provocaba. O cómo, qué cosas oía, porque creía que cantar esas letras otorgaba a los demás, porque creía que les daba le daba legitimidad para tratarme como objeto o lo que fuera. Pero ahora solo entiendo las cosas mirando hacia atrás, como dice Anari. En ese momento era incapaz de situarme... miro atrás y digo "joder, titi". Ole tu coño, de veras.

 

 

IRATI (LK) Los vascos tenemos una tendencia natural a la antimodernidad. En lo musical hemos estado en contra del acordeón, en contra del rock and roll, en contra de la música electrónica, en contra del reguetón. Hemos rechazado casi todo porque al principio no era suficientemente vasco y, luego, lo hemos hecho casi todo más vasco que vasco. Gose también tuvo que escuchar que su estilo no era el nuestro. Pero no podía negarse que tenían estilo, muy suyo, muy potente, y qrue desde fuera parecía muy auténtico. Al menos dentro de unos límites. 

 

INÉS. Hicimos muchas cosas para entrar en esos marcos que marcaba la escena o la industria, con todas las ganas y el deseo que teníamos de entrar, para poder entrar. Ahora, por ejemplo, no me siento preparada, no quiero hacer algunas cosas que no quiero hacer. Pero he hecho muchas cosas con Gose, que no eran lo que quizá yo desearía haber hecho, pero sí las que decidimos porque queríamos formar parte de ese circuito y formar parte de toda esa performance. Éramos muy auténticos pero la vez... ¿cuáles son las reglas del juego? Estas, ¿no? Pues nosotros también estamos preparados para jugar con estas reglas.

 

IRATI (LK). en 2014, tras publicar Gose Gosariak el grupo se disolvió y Osinaga inició una nueva etapa. A nivel personal, en los últimos años ha sido madre, entre otras cosas, y como música ha realizado proyectos muy variados, con otros músicos, artistas y escritores. Se acabó Gose, pero el hambre permanece. Y en lugar de con un solo grupo, ha satisfecho ese hambre con diversos grupos.

 

INÉS. Para mí este último año ha sido también primero un año de desromantización de la creación colectiva. Porque en este país tenemos romantizada la creación colectiva. Parece que lo colectivo lo vamos a hacer entre todos. Pero lo colectivo tiene otras dificultades, como la toma de decisiones, ya que hay tomarlas a veces, pero me está gustando mucho crear con otros creadores, trabajar con artistas de otras disciplinas. Ahora estamos trabajando con las artes escénicas. Un cacharro, haciendo una ópera postromántica que verá la luz a final de año, creando un nombre muy raro, y me está gustando mucho moverme en códigos creativos de otras disciplinas, y por otro lado también me está gustando salirme de mi zona de confort. Eso me gusta.

 

INÉS (LK) Nuestra invitada dice que le gusta el trabajo colectivo y qué vamos a decir nosotros. En LABORAL Kutxa sabemos que cuando se trabaja de forma cooperativa nunca se consigue todo lo que uno quiere pero se puede conseguir mucho más de lo que uno solo puede hacer. Además del trabajo colectivo, Osinaga dice que le gusta la improvisación. Que le gusta hacer lo que ama con pasión. Y que le gusta el riesgo. Porque la creación requiere conocer el oficio, pero también saber hacer lo que no sabemos hacer.

 

INÉS. La creación es un precipicio y tienes que estar dispuesta a saltar, y además siempre está en los procesos creativos... siempre hay un momento de deriva, de decir, "joe, ¿qué ostias estoy haciendo?". Y luego hay algo, que también me cuesta, ¿eh? Cada vez menos, pero crear, hacer algo, implica que tienes que asumir que esa fantasía perfecta que hay en tu cabeza no va a ser perfecta. Porque lo que está en mis fantasías siempre es mejor que lo que termino haciendo. Dentro de mí hay un perfeccionista insoportable que aparece para sabotearme tres veces por semana. Y antes yo le decía "fuera de aquí", y ahora en cambio le digo "ahí tienes una sillita, siéntate y no te molestes demasiado".

 

IRATI (LK). Porque si te hiciera caso siempre, nunca haría nada.

 

INÉS. Exacto. Claro, claro. Me cuesta mucho acabar las cosas. También acabar las libretas. En las últimas páginas... ando... empezar la libreta nueva, no sé, no sé, si es el miedo a que no me queráis cuando acabe. O qué es lo que me pasa, pero... hacerlo... el precipicio... ah, sí. Y luego que los procesos creativos tienen un momento en el que no sabes si andas bien o no. Y está bien así, ¿eh? Pero hay que saber navegar esa deriva.

 

IRATI (LK). Si el título de su último trabajo tiene razón, Itxasoa da bide bakarra (El mar es el único camino), el creador debe navegar. En su primera aventura en solitario, Inés se ha desplazado hasta América, como los antiguos exploradores. En 2022, gracias a la beca Joseba Jaka, realizó un mes de residencia artística en Cuba, donde buscó cantantes que cantaran textos escritos por el escritor Joseba Sarrionandia en el exilio.

 

INÉS OSINAGA. Mi hipótesis creativa era cómo expresar estas canciones si no fueran tan blancas. Si las voces del lugar donde surgieron las canciones contaran estas historias. Entonces empecé partiendo de ahí y estuvimos un mes en Cuba, hice una investigación sobre la escena musical de allí. A mí me interesaban las mujeres músicos. En ese trabajo arqueológico mío no paraba de soplar. Y vale, esto no me vale, esto no me vale, vale, esto sí. Después, el conocer a una música te llevaba a otra, a otra, poquito a poco. Y volví con un disco duro lleno de grabaciones, y entonces lo que hice con las horas de estudio que me daba la beca fue partiendo de ese punto, asumir el trabajo al productora y madurar yo misma un disco. Y fue la primera vez que me llamaba a mí misma productora. Me di cuenta de que no era la primera vez que hacía ese trabajo, pero que nunca me había confesado a mí mismo ni públicamente, igual de vez en cuando sí, pero públicamente no, que estaba produciendo esas canciones. Me apropio del término "señora" , ya que ahora soy una señora, porque lo hago más fácil ahora que paso de los cuarenta, que tengo una trayectoria, que ahora abro la boca y quizá me escuchan, que no me dicen que no tengo ni idea, como le decían a la Inés de veinte años. Entonces este ser señora tiene otros privilegios que no tiene ser joven y de ahí creo que conseguí hacer algo que se acercaba mucho a lo que quería con los medios que tenía a mi alcance.

 

IRATI (LK). Y no es poco.

 

INES. Sí, y tanto.

 

IRATI (LK). Algo innovador, especial, extraordinario. Algo grande. Por su ambición artística, por la dimensión de la producción, y por la belleza que ha generado. Con su primer trabajo en solitario Inés Osinaga ha llegado a donde quería y se encuentra a gusto con el resultado final. Pero está aún más a gusto porque al final ha aprendido a restar importancia a ese resultado final.

 

INÉS. Sí. ¿Adónde llegaré? Pues no lo sé. Quizá a ninguna parte, ¿eh? Y luego de verdad, de verdad, hasta ahora igual me parecía demagogia pero ahora siento que cuando realmente estoy creando me interesan más las preguntas que me hago a mí misma por el camino y las dudas que me asaltan y las dinámicas que cuestiono, las relaciones de poder que cuestiono que lo que resulta ser el producto final. Bueno, es decir... es un poco contradictorio, porque luego el mercado, la industria, y los escaparates, el producto, tiene que ser vendible, ¿no? Pero no sé, quizás me gusta crear productos no tan vendibles.

 

 

IRATI (LK). Vender sus productos sin vender su arte. Adapta su producción al mercado pero solo obedece a sí misma a la hora de producir. Trabajar pensando siempre en el público y olvidándolo por completo. Tales son las contradicciones, las dificultades que cualquier creador encuentra en su trabajo. Y luego hay otros aspectos que aparecen cuando dicho creador es mujer. Muchas veces se habla de la maternidad como un obstáculo para ser música, pero nuestra invitada, que fue madre tras abandonar Gose, no está del todo de acuerdo con eso.

 

INÉS. Me parece que es una trampa decir que es la maternidad la que nos deja fuera. Está claro que la maternidad es un variable que nos atraviesa. Y está claro que ser mujer, madre y cualquier cosa es difícil.

 

IRATI (LK). Serlo, no serlo...

 

INÉS. Sí, pero cuidar a una persona vulnerable te transporta de ese sistema de ser productivo a otro lugar. La labor de ser escritora o cuidadora de una persona más vulnerable es un trabajo difícil, porque no se toma en consideración lo difícil que es. Por eso, ser mujer, madre... es difícil. Pero caeríamos en una trampa si dijéramos que porque somos madres no somos músicas en el escenario. La maternidad no es lo que nos aleja de los escenarios. No es porque seamos madres. Puede estar relacionado con la maternidad, con la manera de mirar el mundo, o por la forma de habitarlo, o de ser leída. Pero a mí no me ha apartado la maternidad. Me ha alejado poner unos límites... Me di cuenta de que ese tren de alta velocidad no me esperaría. Y dije, ostia, yo pensaba que a mí no me iba a pasar, ¿eh? Yo también pensaba que a mí no me iba a pasar. A mí sí que no. Pero si en el espacio público, y las prácticas públicas, no en el arte, qué podríamos seguir creando, podríamos seguir si lavar culos nos deja algo de tiempo, cuando todas las cosas están ya hechas, ¿no?, en la lavadora, y matamos a los angelitos de nuestra casa, pero en el sistema molestamos... cuando ya no somos tan jóvenes, guapas y prometedoras. Entonces yo sí siento esa necesidad de apropiarme de hecho de ser una señora música. Yo quiero ser... Quiero ser madre y música. Quiero ser madre. Una vieja gloria, no.

 

IRATI (LK). Señora música dice ella, porque el día que nos hemos reunido en su lugar de trabajo de Mondragón lleva una camiseta blanca que dice "sé señora" y a su edad defiende de forma muy íntima esa reivindicación humorística que hace la camiseta. Y con mucha convicción.

 

INÉS OSINAGA. Ser Señora. Ahí hay algo más. Yo me doy cuenta de que yo tenía algo atrayente en la escena, quiero decir en la escena hegemónica. Molestaba, pero también atraía, aún era guapa, joven y delgada. Mientras seas una promesa. Mientras seas joven. Pero luego las mujeres ya... hay evidencia científica. Hay dos brechas en torno al género musical. Una es que cuando pasamos de lo íntimo a lo público, es decir, en el local de ensayo o en la escuela o donde sea, a hacer música en la plaza pública, ahí hay una brecha de género y son muchos más los hombres que las mujeres. Y luego hay otra, la de la señora con cierta edad. Hay un umbral que atravesamos si somos jóvenes promesas y somos atractivas, pero nos quedamos a las puertas si ya somos señoras, contestonas, las que decimos "no hay derecho"... No somos tan delgadas o no somos tan complacientes.

 

IRATI (LK). Dicho de otro modo: en esta sociedad muchos hombres ni siquiera escuchan lo que dicen las mujeres jóvenes. Y cuando las mujeres no son tan jóvenes, lo que oyen... no les gusta. Las jóvenes no son serias. Las señoras, en cambio, son demasiado serias. Y como así son las cosas, o no hay salida para las mujeres o solo hay una solución para ellas, la que propone nuestra invitada: desprendernos de la mirada de estos hombres y mirarnos mejor entre nosotras.

 

INÉS. Ser referentes las unas de las otras. También. Creo que deberíamos darnos las unas a las otras lo que nos damos, pero mucho más autoridad y visibilidad. Si la autoridad y la visibilidad nos las tienen que proporcionar la mirada masculina, estamos apañadas. Eso por un lado, y por otro lado, siempre estaremos a la espera de la aprobación de esa mirada masculina. Y no. A lo mejor nos gustaría que nos diéramos mutuamente esa autoridad, ¿verdad? También para luego ser capaz de dárnosla a nosotras mismas ¿no?

 

IRATI (LK). Hay entrevistados que son especialmente generosos cuando hablan de su trabajo, de su proceso íntimo de creación y de su vida. Pero hay muy pocos como la última invitada, que nos recibe en su lugar de trabajo, que tiene un piso más abajo de su propia casa. Con dulzura, sinceridad, nos ha hablado de su trabajo presente y pasado, y de la Inés Osinaga del pasado y del presente que está cambiando constantemente con una generosidad admirable y que le agradecemos enormemente. Para ella, y con ella, sedienta de creación y ávida de creatividad, sobre Inés Osinaga, que navega el mar de sí misma.

 

 


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