España en cifras (II): Educación

Uno de los aspectos claves sobre el que se sustentan las posibilidades de crecimiento futuro de un país es la educación y, aunque puede abordarse desde diferentes ópticas, en este post revisaremos sólo algunas magnitudes relevantes.

Comenzando con el número de alumnos en Enseñanzas de Régimen General no Universitarias, para el curso 2012-2013 (algo más de 8.000.000) la distribución de los mismos es:

Con respecto al tipo de centro en el que se realizan los estudios, algo más del 65% lo hacen en centros públicos, el 25% en centros concertados y poco más del 5% en centros privados no concertados.

En lo que respecta a la enseñanza no universitaria el aspecto negativo más destacable lo constituye el elevado dato de abandono educativo temprano que supera el 25% de la población de 18 a 24 años, lo que significa que dicho colectivo no ha completado la educación secundaria y no continúa formándose. Aunque no sirve de consuelo, las diferencias entre las distintas Comunidades Autónomas son muy relevantes, y en el caso de Euskadi la tasa no alcanza el 20%. Pero es muy llamativo que una parte de la sociedad no sea capaz de poner en valor a la educación como elemento garante de un futuro mejor.

Pasando a la educación Universitaria, el primer dato relevante lo constituye el hecho de que de los alumnos que se presentan a las pruebas de acceso (278.818 en 2012 con un incremento del 2,8%) el 55,3% son mujeres y la tasa de aprobados se sitúa próxima al 85%.

El total de alumnos que se matriculan en los estudios universitarios rondan 1.500.000 y de nuevo la proporción de mujeres (53,9%) es sensiblemente superior a la de los hombres.

Y ante todas estas cifras se preguntarán ustedes si el nivel educativo del país es elevado o, por el contrario, bajo. Bien, al margen de la calidad de la educación, cuestión espinosa donde las haya, la proporción de población de entre 30 y 34 años que tiene estudios universitarios completados asciende al 40%, registro claramente superior a la media de la Unión Europea.

En definitiva, se puede concluir que, en términos generales, disponemos de un capital humano con un elevado nivel de formación, lo que debería hacernos ver el futuro con optimismo y, por supuesto, obviando mencionar el efecto huida que está provocando la crisis actual.