«A menudo, las improvisaciones son el resultado del trabajo de 20 personas»

«A menudo, las improvisaciones son el resultado del trabajo de 20 personas»

12 min.

«A menudo, las improvisaciones son el resultado del trabajo de 20 personas»

Mikel Pagadi, guionista y humorista

De la mano de nuestro invitado, dirigimos hoy nuestra mirada hacia la comedia, la risa y el humor. Aunque Mikel Pagadizabal (Villabona-Amasa, 1974) se ha hecho famoso principalmente a través de la televisión, ha trabajado también en teatro y en radio. Lo conocimos en Wazemank, un programa que es ya casi mítico. No sabemos si fue queriendo o sin querer, pero lo que sí es seguro es que, si alguna vez hemos visto a Anjel Alkain incapaz de contener la risa, igual que los telespectadores y las telespectadoras, ha sido en los sketches con Mikel Pagadi. Al parecer, a Mikel Pagadi le ha pasado que hasta cuando se enfada, la gente se sigue riendo.

 

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Un poco trágico. Vergonzoso. Áspero. Incluso le hemos escuchado decir la palabra «rancio» cuando habla de sí mismo. Son características que no suelen ir unidas a la comedia, pero la primera exigencia del humor es no tomarse demasiado en serio, y nuestro invitado la cumple por completo. Lleva casi dos décadas haciendo guiones y trabajando delante de la cámara: en Oilategia, de Eusko Irratia; en Wazemank y Brinkola, de ETB1; y en Vaya semanita, de ETB2, entre otros muchos. No sería fácil calcular cuántos sketches de humor ha escrito para la radiotelevisión vasca en ese mismo período, pero sabemos que la cifra no es nada desdeñable. Sin embargo, a Mikel Pagadi le parece excesivo que digamos que es el primer humorista de nuestro podcast.

 

MIKEL PAGADI: A mí el humor me ha servido, sobre todo, para ser más sociable. Soy bastante tímido o vergonzoso, y el humor me ayuda un poco a relacionarme con la gente. No soy de los que se quedan todo el día metidos en casa, pero en cierto modo sí tengo ese punto; en realidad, no soy muy extrovertido.

 

IRATI JIMENEZ (LABORAL Kutxa): También parece que eres humorista...

 

MIKEL: Bueno, sí, claro, si es humorista, pues, humorista.

 

IRATI (LK): Y guionista, también...

 

MIKEL: Sí, sobre todo, por el tema de cotizar. Como guionista, cuesta; entonces, pues, bueno.

 

IRATI (LK): ¿Uno de los epígrafes no era «artistas y toreros»?

 

MIKEL: Sí, eso es. Los espectáculos taurinos tienen un régimen especial. Como autónomo, pone que soy guionista, así que...

 

IRATI (LK): No sé si ser humorista es una categoría que da algo más que una categoría profesional.

 

MIKEL: Sí, da impresión. Dices «Buenos días» y parece que tiene que hacer gracia.

 

IRATI (LK): A eso me refería. No sé si, además, con el grado de visibilidad que ofrece la tele, hay cierta presión. La gente enseguida se anima a decir cosas. No sé si te suelen decir lo de: «Cuéntanos un chiste».

 

MIKEL: Por lo general, no. Pero sí es verdad que pasa. Mira, ya que estamos en la Laboral, lo voy a contar. Una vez fui a una de las ventanillas, y me dijo: «¡Eh, Pagadi, haz algo!». Y le dije: «¿Qué te hago, ¿un pan?».

 

IRATI (LK): Y, además, creo que no hay nada que ponga peor cuerpo para el humor que toda esa presión.

 

MIKEL: Normalmente no me pasan cosas así. Pero alguna vez, sí, y dices: «¡Bueno!».

 

IRATI (LK): ¡Qué gracioso! No sé qué decir.

 

MIKEL: Pasa un poco como con los chihuahuas: «¡Qué gracioso! Le voy a acariciar la cabeza».

 

IRATI (LK): Luego, otras personas también pueden pensar: «Pues, a mí no me ha parecido tan gracioso».

 

MIKEL: «Para nada, es un rancio». Y, es verdad, ojo que soy un rancio. Pero lo disimulo muy bien.

 

IRATI (LK): Hay algo que distingue a nuestro invitado y es que le apasiona la comedia. Por eso, a más de una persona seguramente le asombrará saber que eligió estudiar Derecho.

 

MIKEL: No tenía vocación para el Derecho. Saqué 5,3 de media en la selectividad y la nota no me daba para entrar en muchos sitios. Creo que la otra opción era IVEF o algo parecido, y no quería ponerme a hacer ejercicio físico. Así que me dije, bueno, vamos a probar con Derecho.

 

IRATI (LK): Y luego de ahí, más tarde, pasaste a Publicidad.

 

MIKEL: Sí, luego estudié Publicidad y Diseño Gráfico. No me veía como abogado.

 

IRATI (LK): Y decidiste entrar en el mundo de la publicidad.

 MIKEL: Sí, fue por casualidad. Hace 17 años, creo que en 2004, me tocó hacer una presentación en Villabona para unos comercios o algo similar. Justo, en ese proyecto estaba también Anjel Alkain. Me dijo que le habían dado un programa y me propuso que escribiese yo los sketches. Hasta entonces yo no había escrito nunca. Vamos, en mi época de estudiante escribía cómics, pero no lo hacía profesionalmente ni mucho menos. Y así fue como empecé. Después, aprendí el oficio, a ser guionista, gracias a Nagore Aranburu. Ella fue quien me enseñó.

 

IRATI (LK): ¿Hacías cómics e ilustraciones? ¿Dibujabas también?

 

MIKEL: Sí, dibujaba. Pero como amateur total. Vamos a ponerle otra función a este señor: dibujante de cómics. ¿De qué va este señor? Lo que te digo.

 

IRATI (LK): Yo dibujo mal, así que me da envidia. Para mí dibujar bien es... Quiero decir, si puedes dibujar a una persona sentada a mí ya me pareces un genio, un Miguel Ángel.

 

MIKEL: Así es. Pero aparte de eso, no pidas más.

 

IRATI (LK): Mikel Pagadi nació en 1974, en Villabona, un pueblo que podría aparecer en el programa que presenta con Zuhaitz Gurrutxaga, Herri Txiki, Infernu Handi. Así que Mikel ha nacido en una localidad pequeña de un pueblo pequeño. Nuestro pueblo, el de los y las euskaldunes, es muy pequeño, y quizás eso explica por qué no nos hemos animado a hacer más humor. Vamos avanzando en ese sentido, tal y como muestra la carrera de nuestro invitado, pero a paso lento...

 

MIKEL: Cada vez hay más, pero, como somos muy pequeños —de tamaño geográfico, quiero decir—, al final, si haces un chiste sobre alguien, por ejemplo, sobre una persona conocida, igual al día siguiente te la encuentras y te dice: «Oye, pero tú, ¿qué andas?». No sé si es por eso o por otra cosa, pero aún tenemos cierta vergüenza.

 

IRATI (LK): Yo creo que cuando alguien se ríe de sí mismo pierde un poco el miedo de que otras personas se rían de él. ¿Es así?

 

MIKEL: Sí, así es. Al final, decimos que hay que reírnos de nosotros mismos, pero cada persona tiene que empezar por sí misma.

 

IRATI (LK): No se trata de reírnos de nosotros mismos, sino de «mí» mismo.

 

MIKEL: Por ejemplo, si yo estoy aquí porque se supone que soy humorista, pero se meten conmigo y me enfado, la gente diría: «¡Joe, vaya ejemplo que da!». Aunque, claro, una cosa es el humor y otra que te llamen cualquier cosa por la calle.

 

IRATI (LK): Más de una persona ha dicho que las personas euskaldunes, vistas desde fuera, parecemos distantes, orgullosas, pero que, luego, en cuanto se nos conoce un poco mejor, enseguida se ve lo tímidos o tímidas que somos. ¿Estás de acuerdo?

 

MIKEL: ¿Con lo de que tenemos vergüenza? Sí, es algo parecido a un escaparate. Lo que se llama «pantalla de protección». A ver si algún día podemos reírnos de nosotros mismos. Quiero decir que nos tomamos mal que se rían de nosotros, pero yo creo que es algo que va cambiando con el tiempo.

 

 

IRATI (LK): Hemos quedado con Mikel Pagadi en la oficina renovada de Laboral Kutxa en la Avenida de Madrid, en San Sebastián, justo en el mismo sitio en que quedamos con Koldo Almandoz, nuestro anterior invitado. Hemos hablado durante más de una hora de su recorrido profesional pero solo ha necesitado unos minutos para hablar del trabajo en equipo, un tema que nos interesa tanto. Hemos tratado ese tema, al recordar sus trabajos detrás y delante de la cámara.

 

MIKEL: Normalmente, trabajaba detrás de la cámara, pero luego me propusieron salir en algún sketch, y la verdad es que me daba un poco de miedo. Nunca se me ocurriría decir que soy actor. No lo diría porque no lo he estudiado y no sé interpretar, pero lo de salir en algún sketch, dar la cara, hacer algún personaje, pues, bueno, eso no me parecía tan difícil. También es cierto que aquel equipo ayudaba mucho. Eran muy profesionales y me sentí muy cómodo, las cosas como son. Pero te repito, el papel que mejor hago es el de Pagadi, fuera de ahí ya la hemos liado.

 

IRATI (LK): Koldo Almandoz nos dijo que no trabajaría como director con compañeros o compañeras de trabajo que no apreciase. El periodista Dani Álvarez nos contó que para él si no hay grupo, no hay nada.. E Ilaski Serrano reconoció en nuestra entrevista que ha dado lo mejor de sí misma cuando se ha sentido querida por el grupo. Durante dos años Ilaski Serrano fue compañera de trabajo de nuestro invitado, en el programa Oilategia, de Euskadi Irratia, y Mikel Pagadi está de acuerdo con su antigua compañera de trabajo en ese sentido.

 

MIKEL: Pienso que es importante. Unos proyectos, la mayoría de los proyectos, salen bien, pero otros no, y el grupo influye mucho en todo ello. No hay duda. Un ejemplo que se me ocurre así, sobre la marcha, es que la gente a veces ve a un tipo en la tele y dice: «Jo, qué bueno». Sin embargo, detrás hay mucho trabajo. Cuando se ve, sea lo que sea, se puede pensar eso, pero, en realidad, ahí hay muy poco improvisado. Las improvisaciones a menudo suelen estar muy preparadas. Hay trabajo de guionistas, de realización, de localización, de producción, entre otros. Lo que vemos en televisión es el resultado de todo ello, pero ahí está condensado el trabajo de quince o veinte personas.

 

IRATI (LK): Los grandes proyectos, tanto si es una cooperativa de crédito como un programa de televisión, para salir adelante necesitan del trabajo de un gran grupo de personas que no están de cara al público y también de la coordinación de muchas profesiones. Ese esfuerzo es imprescindible para que muchas cosas salgan bien. Lo más importante es el esfuerzo del grupo y que las personas aprendan a cooperar entre ellas.

 

MIKEL: También es muy importante que el propio grupo se adapte. Es decir, que todo el mundo se adapte, que haya armonía, aprender de las demás personas. Yo he tenido mucha suerte. El primer año me tocó estar con Nagore Aranburu y pensé que aquello me convalidaba como mínimo tres años de universidad. Piensas que nunca vas a tener esa suerte. De unas personas aprendes una cosa, de otras, otra; pero cuando trabajas al lado de alguien que es una máquina, como Nagore, es un lujo, una suerte increíble.

 

IRATI (LK): Sí, es un lujo encontrar a una compañera de trabajo que sabe tanto de una profesión que no es sencilla y que, además, está dispuesta a enseñar lo que sabe. Ese es precisamente el lema del Grupo Mondragon: «Gizatasuna lanean» (Humanidad en el trabajo). Mikel comenta que cuando falta ese lujo, se nota.

 

MIKEL: Yo he tenido lo que a mucha gente le ha faltado. Te planteas: «No sé qué formación hay para esto». Trabajar al lado de una persona así y que, además, sea mujer, me parece que ha sido importante, esencial.

 

IRATI (LK): La falta de mujeres en la comedia es trágica, o incluso dramática. Sin embargo, nuestro invitado consiguió gracias a Nagore Aranburu, su colega de trabajo en Wazemank, las herramientas básicas, que después ha utilizado en diversos espectáculos y programas. Comenzó escribiendo sketches, de ahí pasó a ponerse delante de las cámaras, también ha sido locutor de radio, ha hecho monólogos e incluso alguna obra de teatro. Además de en Wazemank, Brinkola, Oilategia o Vaya Semanita, lo hemos visto también en otros programas como Bodologuak, Airea, Jokoz Kanpo o Autentikoak. En la actualidad, lo vemos todas las semanas en EITB1, en el programa Herri Txiki, Infernu Handi, que ha conseguido elevar la media de los índices de audiencia. Se trata de un programa muy exitoso, que le ha dado la oportunidad de conocer muchos rincones de Euskal Herria. Muchos rincones y muchas personas.

 

MIKEL: Yo creo que conocer a gente ofrece muchas oportunidades: conoces sus historias, conoces a personas de todo tipo... Para mí sustituye más o menos un año de terapia psicológica y me ahorra ir a tumbarme en el diván. Hablas con las personas y cada una tiene su terapia.

 

IRATI (LK): Seguramente, además de personas y rincones, habrás escuchado también diversos acentos en euskera.

 

MIKEL: No tenemos problema para entendernos. Al final, el oído se te hace. Tanto si vas a la zona norte, al sur, a Bizkaia o a Navarra, te acabas acostumbrando y lo entiendes. Además, la gente habla bien. El programa es un poco exprés, pero hay tiempo para hablar con una persona durante una hora o una hora y media.

 

IRATI (LK): Y, en general, hablar con la gente aportará conocimientos sobre cada pueblo, sobre cómo es la gente. ¿No es así?

 

MIKEL: Sé en qué glorietas están los controles de la Ertzaintza en todo el País Vasco. Y también dónde se come el menú más rico y más barato. Y, con respecto a la gente, sí, se aprende.

 

IRATI (LK): Se me ocurre que con todos esos datos podrías crear una aplicación informática. No hemos podido evitar el chiste y le hemos propuesto que la aplicación se llame Appagadi, pero él, con su fino sentido de comediante, ha sugerido llamarla Guía Mikelin. En ese contexto, le hemos preguntado si se toma la vida con humor y si sirve de ayuda tomársela así.

 

MIKEL: Yo creo que tomarse las cosas con humor ayuda un poco, pero, claro, según qué cosas. Hombre, depende de lo que sea, el humor también puede estar fuera de lugar. No voy a repetir el tópico de siempre: «Es mucho mejor tomarse la vida como si fuera una comedia». A ver, si estás en un tanatorio, no te vas a poner a contar chistes. ¿Que si ayuda? Claro, es como una tirita. Los tópicos son solo ciertos en parte. «Es mejor tomarse la vida con humor». A ver, depende...

 

IRATI (LK): Es un eslogan.

 

MIKEL: Sí, si un mes me quitan la RGI, no va a servirme de mucho; pero, en general, sí, ayuda, es más sano.

 

IRATI (LK): Es mejor recordarlo de vez en cuando, para no caer en la amargura.

 

MIKEL: Sí, viene bien. Que no digan luego que Pagadi es un amargado.

 

IRATI (LK): A nuestro invitado no le gustan las conclusiones fáciles, es decir, los tópicos, o las cosas que se dicen por decir. Se dicen muchas cosas así, y no pocas con relación al humor. Por ejemplo, se dice que las personas euskaldunes tenemos poco sentido del humor; que el humor inglés es muy refinado, aunque, como afirma nuestro invitado, Benny Hill y Monty Python son ingleses. Sal gruesa y sal fina. La negligencia y el surrealismo. Con ganas de olvidar la primera; e inolvidable, la segunda. Muy útil para aprender el oficio.

 

MIKEL: Sí, yo creo que Monty Python fue fundacional. En su momento, cuando estábamos estudiando, vimos muchos sketches de Monty Python, y de Los Simpson, también. Después, veíamos Saturday Night Live, analizábamos los sketches, de dónde sacaban las ideas y todas esas cosas eran muy útiles. Yo creo que Flying Circus de Monty Python fue por el 67, ¿no?

 

IRATI (LK): Sí, por ahí. El 5 de octubre de 1969, la BBC emitió una de las obras más grandes de la historia del humor surrealista: El circo volador, de los seis de Monty Python.

 

IRATI (LK): Cualquier disciplina exige conocimientos y no se pueden adquirir conocimientos si no se tiene el hábito de estudiar. ¿Cómo se estudia para ser guionista, es decir, cómo se aprende a hacer humor? Volvemos a escuchar una palabra que ya nos mencionó Koldo Almandoz: vampirismo. Beber de todo y de todos.

 

MIKEL: Para el trabajo de guionista, lo que más me ha servido es la técnica, cómo escribir los diálogos, cómo redactar las acotaciones y todo eso. Pero hace falta también un poco de observación, alimentarse, mirar las cosas, sin obsesionarse, pero estar atento a las últimas novedades, ir haciendo un poco de «fondo de armario». Ver cómo lo hacen unos, cómo lo hacen otros. Al final, está todo inventado. Puedes hacer algo que se había inventado ya hace 30 años, pero tú lo vas a hacer con tu propio estilo. Yo creo que, como todo está ya inventado, se trata de ir cogiendo de un sitio y de otro para crear tu propio Frankenstein.

 

IRATI (LK): Lo que decíamos, el vampirismo.

 

MIKEL: No se trata de copiar. Por ejemplo, puede haber algo que te gusta de Monty Python, y piensas, anda, pues, igual esto se podría hacer dándole otro sentido. Los clásicos te dan pautas sobre qué hacer, qué no, cuál es el tiempo adecuado para cada sketch. Cuando empezamos con Wazemank, yo tampoco sabía cómo escribirlos, cómo funcionarían en euskera y... Al final, se aprende con la práctica. Lo importante es eso. A hacer se aprende haciendo. Hay muchos libros: Cómo escribir un guión, etc.; pero al final hasta que no te pones a escribir... Ese es el momento decisivo. Cuando empiezas a volcar lo que tienes en la cabeza. Te sientas delante de la hoja y te dices: «¿Cómo la lleno?». Después, te pones a ello y ya está.

 

IRATI (LK): Mikel Pagadi nos ha contado cómo se aprende a escribir y a hacer ese tipo de cosas mediante la observación, aprendiendo de los y las colegas de trabajo, conociendo las mejores prácticas y aprendiendo de ellas. Pero también nos ha contado otra cosa muy importante. Se trata del consejo que les dio el guionista Paddy Chayfesky: «No penséis que lo que estáis haciendo es arte, pensad que es un trabajo y confiad, si sois artistas, todo lo que hagáis será arte». Nuestro invitado está de acuerdo con ello.

 

MIKEL: Nos ha pasado, por ejemplo, cuando venían del cine... La televisión exige que vaya todo muy rápido. Si empiezas a pensar que estás escribiendo una obra maestra, el propio pensamiento te bloquea. Es mejor pensar: «Estoy escribiendo la mayor tontería del mundo» y así todo fluye. Pero si te pones a pensar que vas a cambiar el mundo con lo que estás escribiendo, lo tienes claro. Me da hasta algo de vergüenza decirlo, pero es un poco así. Hay que quitarse esa carga, ese peso.

 

IRATI (LK): Crear y corregir. Hacer y evaluar lo que se ha hecho. Ambas cosas, ambos movimientos o ambas energías son importantes en cualquier ámbito laboral o en cualquier producción creativa. Si no se corrige lo realizado, si no se analiza, será difícil conseguir mejoras y ni que decir tiene, excelencia. Sin embargo, si le damos demasiado espacio a la corrección, todos los procesos se detienen.

 

MIKEL: Te refieres al corrector que llevamos en la cabeza. Si es demasiado, le tienes que decir: «¡Vale, basta! Si está mal, ya se arreglará». Y ya está.

 

IRATI (LK): Sí, porque, si no, el exceso de corrección te come.

 

MIKEL: Si no, estás todo el rato pensando que lo has hecho mal. Yo la verdad es que he tenido muchos traumas: que qué estoy haciendo aquí, que si es intrusismo laboral, que si no sé si escribo bien, si funciona, que si yo no sé si es por mí o es por otros. Te vienen un montón de preocupaciones a la cabeza. Pero, bueno, seguimos cotizando, ¡y menos mal!

 

IRATI (LK): El año que viene nuestro invitado seguirá cotizando en el mismo sitio, ya que Euskal Telebista ha confirmado que Herri Txiki, Infernu Handi vuelve a EITB1. Aparte de su trabajo televisivo, sabemos que le gusta leer, que le gusta mucho la historia, por ejemplo, que sería casi imposible ganarle una partida de Trivial sobre temas de guerra y que en su momento participó todos los años en la escenificación de la Batalla del Ebro, vestido de miliciano, junto con cientos de personas aficionadas. Igual por eso le gusta trabajar por encargos, es decir, como mercenario, pero en su sentido más noble.

 

MIKEL: De momento, me siento a gusto encasillado y realizando encargos, quiero decir...

 

IRATI (LK): Que estás a gusto trabajando de mercenario.

 

MIKEL: Eso es, Blackwater total. (Se ríe). Yo soy muy trágico y a veces me añado mucha carga, incluso demasiada. Acabo hartando a las demás personas. Ahora se le llama ser contratista. La prensa ha difundido ese eufemismo, «contratista».

 

IRATI (LK): Nos ha contado también que cuando saca un poco de tiempo trabaja en otro proyecto que está llevando a cabo con un amigo. Podría ser cualquier cosa. Hemos descubierto que es hábil haciendo cócteles en las redes sociales, sabíamos que le encantan los libros de historia y que tiene una pequeña colección formada por objetos auténticos de las guerras mundiales. Cualquiera sabe cuál puede ser su siguiente proyecto o los que vengan después. ¿Será en la televisión? ¿En teatro? ¿Un Wazemank especial, igual que han hecho con la serie Friends? A saber dónde veremos a Mikel Pagadi, con humor, con alas, planeando por debajo de todos los tópicos obsoletos y por encima de toda la maleza.


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