«Hay diversos oficios que la gente no ve detrás de un libro»

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Harkaitz Cano, escritor

A los 14 años ya sabía que quería ser escritor profesional, y a los 19 publicó su primer libro, Kea behelainopean bezala (Como el humo en la neblina). Desde entonces ha trabajado con muchos profesionales y ha participado en proyectos profesionales de todo tipo. Ha resultado tres veces ganador del Premio Euskadi y ha logrado otras tres veces el Premio de la Crítica de España. Como escritor, ha sido muy prolífico: guiones, novelas, libros de poesía, diversos proyectos colaborativos, algunos trabajos inclasificables en cine, televisión, literatura, radio, proyectos mayores y menores, tanto colectivos como más personales. Con todo, lo único que ha hecho ha sido escribir siempre del mismo modo: con profesionalidad. Ya han pasado 30 años desde que empezó a colaborar con Arantxa Iturbe y Jaime Otamendi en Euskadi Irratia y difícilmente puede encontrarse hoy en día en la literatura vasca un escritor más profesional que Harkaitz Cano.

 

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HARKAITZ CANO. Lo bonito de los encargos es eso, te ofrecen algo, tú das presuntamente lo que te piden, pero intentas poner en ese proyecto algo más, algo que sea muy tuyo. Si no, eres quien realiza los encargos, un mero ejecutor. Eso se da, y creo que quien te hace el encargo realmente te lo hace por eso, a sabiendas de que entre los dos llegaremos a un sitio diferente y sorprendente.

 

IRATI JIMENEZ (LABORAL Kutxa). Comienzos de la década de los 90, contando sueños en la radio…

 

HARKAITZ. Vente aquí cada mañana como si estuvieras recién despertado y cuenta el sueño que has tenido hoy. Evidentemente, solía ser un sueño escrito la víspera pero era un ejercicio muy bonito y además tenía su contraste, el de Jaime y Arantxa, de manera inmediata. Fui aprendiendo que un texto de radio no es un texto escrito, que no es un texto del periódico, que el matiz, la diferenciación, cómo se repite y cómo se lee a un determinado ritmo tiene su importancia y otras tantas cosas, ¿verdad?

 

IRATI (LK). Aun cuando vive en San Sebastián desde la adolescencia, Harkaitz Cano nació en Lasarte-Oria en 1975 y estudió Derecho, aunque su profesión ha sido la de escritor. Fue miembro de la Banda Lubaki, cuando aún tenía el sueño de llegar a serlo.

 

HARKAITZ. Se traía lo que cada uno había escrito en casa y se intentaba convertirlo en otra cosa entre todos. Dábamos recitales aquí y allí, grabamos una maqueta, sacamos un almanaque, del tipo del calendario de Arantzazu, pero con citas literarias. Ese fue un encargo de Joxerra Garzia, que por aquel entonces era presidente de la asociación de escritores y fue él quien nos lo encargó.

 

IRATI (LK): La maqueta se hizo a mano, comprando 400 casetes y grabándolo. El almanaque también, fotocopias, tijeras y adelante. Su primer artefacto literario fue jovial, para vivificar la literatura, su primer intento para introducir la literatura en la realidad de un modo innovador.

 

HARKAITZ. Porque la literatura precisa tener algún tipo de relación con la realidad. Más estrecha. Un calendario es eso, todos los días tienes tu dosis literaria. Pues piensa si sacáramos eso que sacan en los restaurantes chinos, esas citas o vaticinios. Siempre hemos tenido esa fantasía mi hermana y yo. Eso ha sido idea de Leire. Por qué no darlos a cambio de unos azucarillos o unas chocolatinas, de una galletitas, aquí, en Euskal Herria, y que dentro contenga una cita o una estrofa de un poeta vasco.

 

IRATI (LK). Y si no te gusta el poeta, siempre te queda la galleta.

 

Nuestro invitado siempre ha tenido ese deseo, ese impulso, esa obsesión por llevar la literatura a la realidad, a la calle, a la sociedad, a la gente vivaz. Y a la inversa. Se mira a la realidad, y Harkaitz Cano siempre ha encontrado en ella la realidad que tanto ama.

 

HARKAITZ. Creo que esa es una de las partes más bonitas de nuestro trabajo. Vas por la calle y de repente algo te hace así y dices, ah, literatura. No sé lo que es eso. Esto para mí. O esto es el comienzo de un cuento. O esto va al cuaderno, ¿no? Vas por la calle y oyes a dos mujeres que están hablando, y una le dice a la otra “y entonces yo le dije al médico traigo al niño para que me lo arregle” y entonces tú dices, ah, es esto.

 

IRATI (LK). Ya está. El cuento.

 

HARKAITZ. Y muchas veces es así. Se crean así.

 

IRATI (LK). Cano es una escritor premiado, traducido a una docena de idiomas. Obtuvo su segundo Premio Euskadi con su novela Twist, en 2012, la más conocida de las suyas. El primero llegó en 2005, con la novela corta Belarraren ahoa (El filo de la hierba). Para entonces sus cuentos ya habían obtenido los premios Ciudad de San Sebastián e Ignacio Aldecoa, y siendo más joven ganó varias veces el Premio Literario Urruzuno. Su última novela Fakirraren ahotsak (Las voces del fakir) ha obtenido el Premio de los lectores de la Academia 111 y también el Premio de la Crítica de España. La literatura de Cano goza de buen nombre entre la crítica y los lectores. Pero además, cuenta con muchos proyectos realizados por encargo de gente que precisaba un escritor, y ha aprendido mucho de ellos.

 

HARKAITZ. Así llegas a sitios a los que no podrías llegar por tu cuenta. Puedes ponerte unas normas a ti mismo de algún modo, a la hora de hacer un trabajo. Bueno, voy a hacer un libro de poemas en formato de soneto. De acuerdo. La norma está establecida. Pero cuando la norma te la pone otra persona, si finalmente existe una afinidad con esa otra persona, si no se trata de un encargo que te resulta totalmente extraño, obligándote a ti mismo llegas siempre a un punto a mi entender interesante. Es cierto que con encargo, encargo y encargo, si tu trabajo se convierte en una sucesión de encargos, se crea una especie de ansiedad y que te vienen ganas de recuperar eso que tú verdaderamente querías contar desde la fábrica. Se trata de encontrar un equilibrio.

 

IRATI (LK). Flexibilizar, abrir la mente

 

HARKAITZ. Finalmente tu obsesión se contagia con las obsesiones de los demás, y puedes crear una obsesión nueva y más amplia, y tal vez más sana.

 

IRATI (LK). En LABORAL Kutxa decimos a menudo que hay otro modo, otro modo basado en el trabajo en equipo y en la cooperación. Y nosotros también creemos que puede ser más sano. Eso no quiere decir, por supuesto, que de cuando en cuando no haya trabajos que tenga que hacer uno mismo, pero en esos también ha sido preciso algún tipo de esfuerzo colectivo. Los libros, por ejemplo, no son sólo de la persona que ha escrito el relato.

 

HARKAITZ. El trabajo de un novelista, de un escritor, parece que es algo solitario, pero una vez que has entregado la novela el trabajo no ha hecho más que comenzar, entre comillas. Hay un corrector, hay un editor, hay un maquetador, hay alguien que decide cuál va a ser el tamaño entre líneas, que elige el papel, está el impresor, hay un distribuidor, hay diversos oficios que la gente no ve detrás de un libro. La gente ve libros y piensa en el autor. El autor sí, pero hay nueve o diez personas ahí detrás.

 

IRATI (LK). Cano reivindica, siempre que puede, la visibilización y el reconocimiento de todas aquellas personas que participan en la creación artística. Respecto a su nombre, en cambio, cada vez le gusta más que no esté en primera línea, o aún más, que sea invisible.

 

HARKAITZ. Porque esos son los aspectos desfavorables de la visibilidad. Esto es la invisibilidad. Vivimos en la sociedad de la visibilidad. Pero lo que a mi realmente me atrae es la invisibilidad. No porque tu trabajo haya sido minusvalorado o relegado o no considerado, sino porque eso que haces tiene más relevancia que tú, y porque esa relevancia es algo que se mueve debajo del radar.

 

IRATI (LK). Uno de esos proyectos, uno de los más extraños de su carrera, es un libro de cocina. O un bestiario. O un trabajo de ficción. O todo eso. En 2006 el cocinero Andoni Luis Aduriz y el artista Santos Bregaña imaginaron que la carne y los peces de los platos del restaurante Mugaritz que regenta el propio Aduriz eran fieras de ficción. Esas fieras fueron dibujadas por el ilustrador José Belmonte, y Harkaitz Cano escribió cuentos sobre ellos en el libro Bestiarium Gastronomicae. No suficiente con eso, cuando el trabajo fue presentado junto con Aduriz se les ocurrió decir que esos cuentos no habían sido escritos por Harkaitz Cano.

 

HARKAITZ. Estos cuentos, seamos sinceros, sabemos que los hemos encontrado en el desván de un caserío abandonado en las cercanías de Mugaritz, y que en realidad fueron escritos por una antropóloga llamada Julia Mardaras. Y ¡qué gran descubrimiento el de Julia Mardaras en tierras vascas! Como si fuera Humboldt

 

IRATI (LK). Eso es, como si fuera Humboldt.

 

HARKAITZ. Entonces lo presentamos así. Un libro de Gyula Madarâsz. En ese libro aparecía yo como traductor. Es decir, había un traductor húngaro-castellano. Y entonces… y yo castellano-euskera…

 

IRATI (LK). Era eso, o un experimento llevado a cabo para asombrar o volver locos a los periodistas.

 

HARKAITZ. Presentamos un libro indicando que Andoni había elaborado los platos de ese año basándose en las fieras de ese libro. Así se cerraba todo el círculo. Y se hizo una exposición en el Koldo Mitxelena, en la que en una vitrina colocábamos un manuscrito en húngaro y… en el que contábamos todo el truco.

 

IRATI (LK). En húngaro, por supuesto.

 

HARKAITZ. En húngaro, por supuesto. Ahora, ¿cuál era la verdad? Estaba expuesta en húngaro en la parte inicial de la exposición. Si tú no sabes húngaro, no es mi problema. Quiero decir…

 

IRATI (LK). Pero hoy en día, ¿quién no sabe… húngaro? [Risas].

 

HARKAITZ. Hay que ampliar un poco nuestro nivel cultural.

 

IRATI (LK). En la letra de este canción de Petti, en la poesía, en la narrativa, Harkaitz Cano tiene una manera de escribir propia, muy identificable, y al mismo tiempo algo invisible, porque la prueba final de la excelencia es no notar el esfuerzo. Cano posee una prosa técnicamente hábil, muy elegante, carismática, y una sensibilidad artística que le ha facilitado trabajar con artistas de muchos tipos. En 2016 realizó el trabajo Itzal zaunka, junto con el músico Jexusmari Lopetegi y el ilustrador Antton Olariaga. El reto consistía en extraer una historia de los dibujos de Olariaga. En esos dibujos aparece un perro, un perro suicida.

 

HARKAITZ. Pusimos unas reglas. Dos imágenes estaban inacabadas y él me ofreció en un cuadro la oportunidad de dibujar lo que yo quisiera. Entonces, esa es la imagen, pero como prerrogativa tú puedes pedir algo que le vaya bien a tu historia. Y luego se comprometía a hacer dos imágenes extra más para redondear la historia. Con esa regla, yo escribí el texto y se creó el libro

 

IRATI (LK). Luego, la música…

 

HARKAITZ. Luego la música, se la encargamos a Jexus Mari Lopetegi para que compusiera las canciones que eso le sugería. No tienen relación directa con el disco, son una extensión del disco. Hay otro proyecto por debajo del radar. Se vendió muy poco. Fue invisible. Pero, claro, un libro ilustrado, sobre un perro suicida, existencialista… fuimos tan insensatos como para venderlo así, eh, puf, en la rueda de prensa ya sabes que no va a ser un ‘best-seller’…

 

IRATI (LK). Además de en Itzal zaunka nuestro invitado ha colaborado con músicos y con grupos musicales en diversas ocasiones. Proponiendo letras para las melodías o poniéndoles la letra. Empezó a colaborar con Igor Calzada en esa tarea. En esa complicada tarea.

 

HARKAITZ. Ahí hay un proceso de aprendizaje. Ahí fue donde empecé. Sigo pensando que soy un compositor de letras mediocre. Se me escapa el alma de la letra. Resulta francamente difícil componer una letra de canción que quede redonda… no sé… Martin Larralde, en la que melodía y letra van de la mano, pero que a nivel atómico ya no se pueden diferenciar entre ellas. Lograr eso es realmente complicado, más de lo que parece. Porque finalmente tienes 150 palabras o menos, y todo se resuelve allí, y la alquimia es muy especial, y cuando sale bien resulta muy bonito enmarcado en esa fragilidad.

 

IRATI (LK). Mursego, Oskorri, Sorkun, Ken Zazpi… Cano ha trabajado con muchos tipos de músicos y en muchos tipos de discos. Con todo, le pilló por sorpresa cuando el guitarrista navarro Petti le dijo que quería coger las 10 estrategias principales que se emplean para la manipulación política y componer una canción con cada una de ellas, hasta completar un disco.

 

HARKAITZ. Sí, fue Petti quien me lo dijo. Oye, las estrategias de la manipulación, aquí tenemos este decálogo de Chomsky… Y yo le dije “joé, Petti, me hablas de Chomsky… ostras, eh, este proyecto es imposible…”

 

IRATI (LK). Puro rock and roll…

HARKAITZ. Este proyecto es imposible. Así que, sí, sí, por supuesto que lo vamos a hacer. Y sí, fue lo mismo, un proceso de destilación, y coger y hacer un proceso de destilación, y coger 10 puntos hilvanados impregnados de ideología y hacer que sean cantables. Y lo pasé muy bien. Porque una parte del trabajo ya estaba hecho. Porque queríamos contar que estábamos de acuerdo con Chomsky. Era un trabajo único contar eso de un modo literario y jovial en euskera. Quedó francamente bien. El trabajo de medium que hice ahí en sí no resultó tan complicado.

 

IRATI (LK). Cano tiene una larga lista de trabajos inclasificables, a menudo cooperativos, realizados por encargo. Ahí están, entre otros, Cuentos para adultos, un catálogo-artefacto-almanaque surrealista [oye la entrevista que le hizo la radio LABORAL Irratia] realizado con el músico Joserra Senperena y la artista Dora Salazar; Oh, luna!, libro de porcelana que elaboró junto con Santos Bregaña; Kintsugi, cuento utópico solicitado por la distribuidora energética Goiener; la novela distópica Izozteko adina (La edad de helar) que se publicó junto con el diario Gara y Black is beltza, la película y cómic que nunca pensó que iba a hacer cuando Fermín Muguruza [oye la entrevista que le hizo la radio LABORAL Irratia].

 

HARKAITZ. Ah, sí, eso fue muy extraño, fue un folio que tenía Fermín en el que había una noticia que decía que a los gigantes de Pamplona no se les había dejado desfilar el año 1968-67. Así que tenemos que hacer una película partiendo de eso. Y ahí el trabajo fue primero desplegar el acordeón y posteriormente fue cerrar el acordeón. Porque Fermín es tan volcánico que resulta difícil poner en un guion, en unos cuantos papeles, todo lo que él tiene en su cabeza. Y mi trabajo fue ese, casi-casi más de vulcanólogo que de guionista. Primero salió el cómic, realizado por Jorge Alderete, y luego la película, en la que hubo más guionistas. Y ahora el proceso sigue, pronto llegará Ainhoa, Black is Beltza 2 y, como en la vez anterior, le ayudaré en la primera parte, y luego ha entrado la guionista Isa Campo, y también la dibujante Susana Campo y otros más.

 

IRATI (LK). ¿Y el cómic era el trabajo previo a la película? Porque en un principio iba a ser una película, ¿no?

 

HARKAITZ. Sí. Yo lo convencí para hacer el cómic. Porque yo de verdad creía que la película no se iba a hacer.

 

IRATI (LK). No lo veías posible.

 

HARKAITZ. Luego me di cuenta que estando Fermín de por medio no se puede pensar que algo no vaya a hacerse. Él estaba muy seguro. Y le dije, bueno, Fermín, muy bien, pero ¿por qué no hacemos el cómic? Y si se hace la película, bien. Y si no, tenemos el cómic. Y él dijo, “bueno, bueno, vale, haremos el cómic pero la película también”. Película animada, ¿no? Y cuando hicimos la película animada, él dijo, “bueno, pero ahora ya sé más sobre cómo hacer películas animadas, por lo que haremos la segunda parte”… y le dije que ya no me atrevía a decirle que era imposible.

 

IRATI (LK). Ya lo conocías…

 

HARKAITZ. Así que el proyecto fue para adelante. Y ya está bastante avanzado.

 

IRATI (LK). Muestra de que no ha perdido las ganas para el trabajo en equipo, su último proyecto. Ha trabajado en el teatro con los hermanos Ximun y Manex Fuchs, de una manera muy especial

 

HARKAITZ. No estoy escribiendo una obra para ellos, sino que la estoy escribiendo con ellos. Entonces eso quiere decir que se dan unas pautas, que el guionista piensa en unas situaciones determinadas. Pero luego muchas veces se improvisa sobre el estrado. Todo eso se graba en video, se graban los ensayos, se vuelve a visionar lo grabado y el proceso vuelve a empezar. De nuevo un proceso de redacción… se propone una escena, en esta ocasión tal vez más dialogada, ensayarlas y vuelta. Y con esas idas y venidas llegará el momento en el que alguien dirá que faltan dos semanas para el estreno y…

 

IRATI. Hasta aquí.

 

HARKAITZ. Y esa será la obra.

 

IRATI (LK). Ha hecho también otros trabajos para el teatro. El último, Sisiforen paperak (Los papeles de Sisifo) una memorable obra basada en el caso Egunkaria. La crónica de un cierre fue convertida por Cano en un grito a favor de un comienzo, reinterpretando de manera positiva el mito de Sísifo que debía subir la piedra ladera arriba una y otra vez.

 

HARKAITZ. Es cierto, nunca lo había pensado así, pero tal vez esté relacionado con lo que te decía. Es ensalzar la belleza del ensayo. Hoy hemos ensayado, nos ha gustado, sí, pero podemos hacerlo mejor. Y mañana otro, y otro y siempre son diferentes, y lo de ayer está en la memoria, pero la memoria también es tramposa. Y otra vez y otra vez. Como la letra de esa canción de Rafa Berrio. Siento lo que he vivido como un simulacro. Como si estuviera en el ensayo de una función que no se ha hecho nunca. Como si estuviéramos ensayando para participar en la función de una vida que vendrá después, pero luego no hay nada más.

 

IRATI (LK). Habrá unos escritores, unos creadores, que preferirán empezar y terminar el proyecto, hacerlos con total libertad artística y son unos proyectos que también son necesarios, pero el hecho de jugar con los grupos con unas reglas establecidas evoca la libertad del juego, porque los niños juegan también con normas.

 

HARKAITZ. Creo que eso es el núcleo de todo, ¿es eso, verdad? Cuando un niño, un grupo de niños, juega un juego conforme a unas reglas, cuando te atrapan, vas a la cárcel, ¿de acuerdo?, esa es la regla. Y si ha alguien se le ocurre en un momento, plis-plas, estoy en casa. Y entonces queda el otro niño, “ostras, transgresión”, ahora hay una nueva regla, ahora hay una casa. Ah. Vale. Y esa es la seriedad del juego. Y ese es el origen de todo. Unas reglas. La transgresión de la norma, aceptar o no esa transgresión. Y al siguiente ensayo, y al siguiente.

 

IRATI (LK). Cano ha convertido su temprana vocación en oficio y pasión para toda la vida. Crear, discurrir, hacer, escribir, siempre ha priorizado la búsqueda de esa felicidad en su carera, actuando de la manera más profesional posible, pero relativizando la importancia del último resultado. Al fin y al cabo, los fallos son inevitables y escribí el ensayo Txalorik ez, mesedez (Aplausos no, por favor) porque el escritor sabe muy bien que los premios y los reconocimientos que vienen de fuera no son tan importantes. Harkaitz Cano es escritor porque escribir le hace feliz y es un escritor afortunado, porque tal y como tituló Ramón Saizarbitoria en la primera novela moderna en euskera, para él esa felicidad empieza todos los días (Egunero hasten delako):


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