Haizea López nos cuenta cómo autopublicarse un libro y dejar de usar pseudónimo

Haizea López nos cuenta cómo autopublicarse un libro y dejar de usar pseudónimo

7 min.

Haizea López nos cuenta cómo autopublicarse un libro y dejar de usar pseudónimo

Quizá fue por casualidad, pero cuando en 2016 la escritora Haizea López (Sopela, 1992) empezó a utilizar un pseudónimo masculino, sus libros se situaron en los primeros puestos de las listas de ventas literarias de Amazon. Alguien le recomendó que utilizara un sobrenombre de chico porque resultaba más comercial. Cinco años después, cansada de no mostrar su identidad, Haizea ha aprovechado la publicación de su última novela, “La cueva de Mari”, para empezar a usar un apelativo con el que se siente identificada. “Búho”, que es como le llaman en casa, le permite poner rostro a su obra y reivindicar, ahora sí, su género y su nombre.

En LABORAL Kutxa hemos querido mostrar la historia de Haizea para dar visibilidad a una brillante escritora pero también para contribuir a desterrar las desigualdades de género e intentar conseguir una sociedad más justa e igualitaria, en línea con nuestro compromiso con Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

¿Qué significa para ti ser escritora?

Nunca me lo había planteado. Escribo desde que tengo memoria así que no me imagino hacer otra cosa que no sea escribir. No recuerdo un periodo de mi vida en el que no lo haya hecho, así que ser escritora es algo que me define, que forma parte mí.

¿Has tenido desde siempre esta vocación?

Que yo recuerde, sí. La primera novela larga la escribí con doce años y la llevé al colegio para dársela a una profesora. La literatura siempre ha formado parte de mi vida.

“Durante 5 años he trabajado con pseudónimo a la sombra, pero ahora soy la segunda autora con más publicaciones”

¿Cuántos libros has escrito? 

Creo que “La cueva de Mari” es mi publicación número ochenta y seis (contando las antologías en las que participo, que serán unas diez). Pero he escrito mucho más. Muchísimo. Hay novelas que he dejado en un cajón cogiendo polvo y que no considero que tengan la calidad suficiente como para ser publicadas.

¿Por qué utilizas el pseudónimo Búho?

Empecé escribiendo con mi nombre, Haizea López, pero no era comercial. O, al menos, eso me decían. Ni mi nombre ni el género sobre el que escribía. En 2016 me recomendaron comenzar a publicar con un pseudónimo masculino. Me fue muy bien y fue cuando dejé de compaginar la escritura con otros trabajos. Todas las novelas que publiqué bajo el pseudónimo se colocaron el top de las más vendidas de Amazon Es y Amazon EU, muchas de ellas llegando incluso a ser el libro más vendido de todas las categorías por varias semanas. Durante cinco años he trabajado a la sombra, pero ahora mismo soy la segunda autora del país con más publicaciones y, si no salgo a la luz y unifico todos mis libros, nunca llegaré a tener ese reconocimiento de cara al público. Por eso, cuando el aula de cultura de Getxo me comunicó su intención de subvencionar “La cueva de Mari”, decidí que había llegado la hora de buscar otro “pseudónimo” que fuera más comercial que Haizea López y al que pudiera poner mi rostro detrás. Así nació Búho. De forma cariñosa en casa me llaman así y, en un principio, pensé que si alguien lo veía en la cubierta de un libro no se sabría si se trataba de un hombre o una mujer y despertaría cierta curiosidad. Voy a seguir manteniendo lo de Búho, pero estoy cansada de esconderme y, comercial o no, también pondré mi nombre. A fin de cuentas, es el único que tengo.

“Estoy cansada de esconderme y, sea comercial o no, también pondré mi nombre a mis libros”

¿Crees que es tolerable que en el año 2021 alguien todavía necesite usar un pseudónimo?

Muchos autores y autoras superventas a nivel internacional usan pseudónimo. Megan Maxwell se llama María del Carmen y Blue Jeans, en realidad, es Francisco de Paula. Y así podría citarte muchos más. No creo que tener un pseudónimo sea algo negativo, lo que veo triste es que por ser hombre vayas a vender más o a tener un mejor futuro literario. O, como mínimo, que el camino vaya a ser más fácil. No soy la primera que termina usando un pseudónimo masculino, y tampoco seré la última. J. K. Rowling, autora de la saga Harry Potter, comenzó a escribir con sus iniciales porque era mucho más comercial que poner el nombre de una mujer en la cubierta. También firma con otro pseudónimo, Robert Galbraith. Casualidad, también masculino. Pongo este ejemplo porque, ¿quién no conoce a J. K. Rowling?

¿Cómo ha sido el proceso de publicación del libro?

Lo curioso de “La cueva de Mari”, más que el proceso de publicación, ha sido su proceso de creación. Iba escribiendo la novela y mandándosela a un ertzaina, Imanol, para que pudiera echarle un ojo y comprobar que mis protas no metían la pata. Ha sido un gustazo tener un lector cero tan especial. Después, cuando estaba a punto de salir publicada, contacté con la Joyería Eguzkilore y todo terminó de cuajar. “La cueva de Mari”, que además se presenta al Premio literario de Amazon Storyteller 2021, va a ser la imagen de la nueva campaña de joyas que van a sacar, “Mari”. Compartir con ellos este proyecto está siendo precioso. Son un equipazo.

¿Puedes vivir de tus libros?

Vivo de mis libros desde hace muchos años, y vivo bien. He vendido muchísimo detrás de mi pseudónimo. Escribo mucho y escribo calidad. Mis novelas gustan. Lo que no sé es si tendré que seguir escribiendo bajo el nombre de un hombre o no.

¿De dónde surgió la idea para “La cueva de Mari”, tu última novela?

Quería que tuviera algo de mi tierra. Y ese fue el hilo del que tiré.Tengo una imaginación hiperactiva y aún no he terminado de escribir una historia cuando ya tengo otra en la cabeza. La primera novela que publiqué trataba de una chica que escuchaba muchas voces en su cabeza y escribía lo que estas le decían. Pues me pasa lo mismo. Tengo personajes e historias burbujeando en mi cabeza, sin cesar. Con “La cueva de Mari” me pasó lo mismo de siempre: un personaje llamado Iker Ibarguren me instó a contar su historia.

¿Cómo ha sido el proceso creativo? ¿Cómo se te ocurrió la idea y dónde has buscado inspiración para desarrollarla?

Como ya he dicho, la tenía en mi cabeza. Iker Ibarguren, mi prota, llevaba tiempo contándome su historia y supe de inmediato que tenía que ubicarla en Santa María de Getxo; con sus campas, sus caseríos, sus invernaderos… Me pareció el escenario perfecto. Además, lo conozco muy bien. Desde niña he callejeado mucho por sus estradas y he correteado por esas campas. Quería que fuera un thriller policíaco porque me encantan y tenía muchísimas ganas de meterme con uno. He escrito algún thriller, pero más fresco y menos intenso que “La cueva de Mari”.

¿Siempre te ha interesado la mitología vasca o te has documentado para esta novela?

Siempre me ha interesado. Me encantan las leyendas y la mitología, y si es la nuestra todavía más. Tenemos mucho folclore para explotar.

¿Por qué elegiste Getxo para ambientar tu novela?

Tengo más de ochenta novelas publicadas y nunca antes había ubicado una aquí. Ya tocaba. Creí que me iba a costar escribir sobre Getxo, pero no solo me ha resultado muy sencillo, sino que me ha encantado. Me he enamorado todavía más de nuestros caseríos, nuestras costumbres, nuestras playas, nuestros bosques, etc. Ya estoy con la siguiente novela y también la ubicaré en el País Vasco.

¿Qué autoras son tus referentes?

Leo muchísimo y tengo muchísimos autores y autoras que considero referentes para mí. Como autora y, también de mi zona, diré que mi último gran descubrimiento es Alaitz Leceaga. La conocí con su primera novela y con la segunda que publicó que terminó de ganar. Me encanta.

¿Te ha marcado algún libro en especial?

Escrito por mí, diré que “La cueva de Mari” se ha quedado con parte de mi alma. Cuando lo terminé no podía parar de llorar; me daba mucha pena despedirme de mis chicos. Se me hizo muy duro. Y leídos, el libro que más me ha marcado ha sido “La sombra del viento”, de Carlos Ruiz Zafón.

¿Qué consejos darías a otras mujeres con tu misma vocación que quieren publicar un libro?

Que lo hagan. Que luchen por lo que quieren y que, aunque cueste, no se rindan. Con constancia y trabajo todo se consigue, estoy segura de ello.

 

Si quieres descubrir más historias de mujeres que a pesar de la desigualdad han llevado adelante su trabajo como Toti Martínez de Lezea, te invitamos a que escuches nuestro podcast LABORAL irratia.

 

 


¿Cuál es tu reacción?


Otras etiquetas relacionadas

Estrategia Empresarial